El Centro de Industriales Panaderos pidió controlar la venta de pan

El presidente de la entidad, Alceo Dapena (foto), remarcó que ya hay una ley vigente a nivel provincial y que lo que se necesita es «hacerla cumplir».

El Centro de Industriales Panaderos de Avellaneda reiteró la necesidad de regular la venta de pan en el distrito con el objetivo de garantizar la salud de los consumidores y crear condiciones de igualdad en cuanto a la competencia, para evitar el cierre masivo de comercios.

El presidente de la entidad, Alceo Dapena, remarcó que ya hay una ley vigente a nivel provincial y que lo que se necesita es «hacerla cumplir».

«En Lanús no hay despacho de pan en cualquier lado. Yo no se si en Avellaneda no cuentan con la gente para hacer cumplir esa norma, como Inspección General, Bromatología», comentó Dapena, al remarcar como se trabaja en la vecina comuna.

«Tenemos mucho para imitar de Lanús porque es un ejemplo, siguen una misma línea y siempre cuentan con el apoyo del municipio», aseguró.

En cuanto al proyecto de Ordenanza que presentó el Centro en el Concejo Deliberante local, Dapena remarcó que en el se determina dónde vender el pan y en qué condiciones.

«Avellaneda es un desastre, habría que hacer una recorrida por la ciudad para ver la cantidad de panaderías que van cerrando, es impresionante», afirmó.

«La ordenanza apunta a hacer cumplir las normas, porque en Avellaneda la única que rige es para los panaderos», enfatizó Dapena, quien agregó que «de vez en cuando el Intendente regala máquinas a gente que no sabe nada del oficio, no sé si lo hace para hacer política o para quedar bien con la gente humilde, aunque creo que más humilde que el panadero, no hay».

Asimismo, expresó que pareciera que al municipio le da lo mismo que el pan se venda en cualquier lado, con el riesgo que eso implica. «Esa gente que hace ese pan usa un producto que está prohibido como lo es el bromato de potasio, un día va a haber muertes masivas», advirtió.

«Tienen que haber controles en todos lados, no solo en los mercados o despachos de pan, porque el Centro no va a defender a ningún panadero que lo utilice», manifestó el titular de la entidad.

«La ordenanza es para  pedir un resguardo del panadero y para exigirle que el pan que venda fuera de su establecimiento tenga las condiciones que tiene que tener», expresó.

Por otra parte, la venta de pan fuera de las panaderías provocó que varios comercios del sector tuvieran que bajar los precios ante la competencia desleal, lo que podría llevarlos al cierre.

«Con la competencia que hay el precio está muy bajo en Avellaneda, porque para combatir la clandestinidad hay que bajarlo. Está entre 5 y 10 pesos, pero por lo costos  debería estar entre 12 a 14», explicó Alceo Dapena.

«Hay panaderías que están bien ubicadas que no tienen tantos problemas -detalló- pero las de barrio pierden clientes con los despachos de pan».

«Pienso que la ordenanza va a salir, necesitamos un arma para defender al panadero y necesitamos que el municipio nos ayude a controlar la venta de pan», pidió Alceo Dapena.

Balance del año

A pocos meses de haber reiniciado la actividad, el Centro de Industriales Panaderos continúa trabajando para recuperar la personería jurídica. «Estamos trabajando para darle el nombre al centro, pero siempre chocamos con algo, ahora nos falta el balance de 1998», le expresó Alceo Dapena a La Ciudad.

Tampoco la participación del panadero es muy masiva. Según explicó el propio presidente de la entidad, «la gente está como desahuciada con respecto a los servicios que puede prestar el Centro»

«Los visitábamos de mañana pero no podían, pusimos de tarde y tampoco. Cuando íbamos sólo recibíamos quejas.  Quizá sea culpa del propio Centro y no de los panaderos, pero me gustaría que vinieran», concluyó Dapena.

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