“Estoy muy contento por el nuevo espacio que dispongo para la atención de los pacientes”, expresó Nieto Silva a La Ciudad. “Se compone de varios consultorios atendidos por grandes profesionales y con maquinarias modernas para la realización de estudios o cirugías para diversos tipos de patologías oftálmicas”, detalló.

Primeros pasos
Luis nació en Perú y viajó a la Argentina a los 18 años para empezar con la carrera de medicina. Su idea inicial era arrancar los estudios en la Universidad de La Plata, pero por diferentes motivos recaló en la Facultad de Medicina de la UBA, en la Capital Federal. Luego de recibirse de médico, empezó con la especialización en oftalmología y se inició en el Hospital Fiorito de Avellaneda. “Vivo en Quilmes desde 1991, pero siempre por alguna manera estuve vinculado a esta Ciudad, a la cual aprecio mucho”, aseguró el oftalmólogo, de 52 años de edad.

Ya con el título bajo el brazo, Nieto Silva se asoció a la Sociedad Argentina de oftalmología y allí conoció al doctor Fernando Caride – considerado una eminencia dentro de la especialidad – quien lo citó en primera instancia a presenciar sus trabajos y después a trabajar junto a él. “Yo ya trabajaba en diversos lugares, pero que ese magnífico profesional me coloque a su lado fue lo máximo. Lo que aprendí a su lado fue increíble”, señaló con orgullo y admiración.

Transitando el 2010, Luis desembarcó finalmente en Avellaneda, en un consultorio que estaba situado también en la calle 9 de Julio, a escasos metros de los recientemente inaugurados. “Cuando atendía en Capital, venía muchísima gente de Zona Sur, entonces la idea de armar mi primer consultorio personal en este Partido me cerraba por todos lados. Y por suerte no le erré. Acá gané mucho prestigio y respeto”, aseguró.

Consejos para el verano
En este tiempo veraniego, donde el sol, en la mayoría de los días, no da tregua, el doctor Nieto Silva brindó algunos consejos para prevenir las afecciones en la vista: “Hay que tener muchísimo cuidado con el sol en los ojos, ya que posee una radiación acumulativa y eso produce diversas enfermedades. Las personas, hasta que cumplimos 18 años, absorbemos en los ojos el 50 por ciento de radiación solar que en todas nuestras vidas.

Por ese motivo, y como sucede en los países desarrollados, desde bebé tendríamos que utilizar lentes de sol. Hay que tener muy en cuenta que los ojos de los nenes de corta edad son muy delicados y por eso es fundamental cuidarlos desde su nacimiento”, advirtió.

Además, el especialista destacó la importancia de adquirir los anteojos de sol en ópticas o locales habilitados para su comercialización, porque en ese caso, los lentes son testados y aprobados por la Sociedad Argentina de oftalmología y no causan daños a la vista.

Por otra parte, el médico también se refirió a los peligros de las pantallas digitales y sus consecuencias. “En especial, los inconvenientes oftálmicos se encuentran en el exceso de observar de cerca los diversos dispositivos.

Eso produce miopía y es increíble cómo, luego de la pandemia, hubo muchísimos nenes con inconvenientes de miopía”, afirmó. “Recomiendo a los padres que restrinjan lo más que puedan el uso de aparatos digitales a los menores y que aumenten los esparcimientos que logran que la vista no se esfuerce en enfocar de cerca”, sugirió.

Para finalizar con los consejos, Nieto Silva resaltó que otro problema oftálmico actual es la sequedad en los ojos, que muchas veces es por el exceso de actividad que concentra a la visión (ver películas, series, videos de diferentes índole, etc), lo cual hace que disminuya en gran proporción la frecuencia del parpadeo.

“Nosotros necesitamos entre 25 y 30 parpadeos por minuto para tener los ojos bien lubricados, pero cuando estamos observando algo en forma atenta, generalmente no parpadeamos los que corresponde. Esto no lo sabe mucho gente y es importante explicar que la mala lubricación produce severas patologías en la superficie ocular”, alertó el oftalmólogo.

La otra faceta del doctor

Luis Nieto Silva no sólo se destaca como profesional de la oftalmología, sino que también lo hace como músico, más precisamente como baterista, una afición que ya tenía en su país natal, pero que luego abandonó por un tiempo para abocarse a sus estudios.

Pasados varios años, en el colegio donde concurría su único hijo, un día se armó un “taller de música para padres” y fue ahí que el doctor retomó uno de sus primeros amores: tocar la batería.

“Actualmente, junto a otros tres amigos, armamos un grupo llamado “Eloísa faina caliente” y la verdad que estamos muy contentos porque nos contratan o invitan para tocar de diferentes lugares y eso hace que nos profesionalicemos cada vez más y tratemos de superarnos”, confesó.

Y con una sonrisa enorme, recordó que en agosto del año pasado, él y su banda se presentaron vía streaming en un importante congreso de oftalmología y pudo cumplir su sueño de tocar para colegas y mostrarles su “otro arte”.

Para consultas comunicarse al 11-3587-4332 ó personalmente en 9 de Julio 190, local 2, Avellaneda.