Diferencia entre bronceadores y bloqueadores solares

El Colegio de Farmacéuticos de Avellaneda brinda información para una buena salud.

Parte I

El verano esta a las puertas y el usar productos adecuados serán tus mejores aliados contra el exceso a la exposición a los rayos solares.

Se ha reportado importante incremento en enfermedades de la piel generadas por el Sol, lo cual se debe en gran parte a la idea generalizada de que bronceado es sinónimo de belleza. Se estima que 20% de las consultas a dermatólogos obedecen a la atención de padecimientos vinculados con exposición prolongada a los rayos del sol sin protección adecuada.
Aunque se sabe que la luz solar ayuda a tener mejor ánimo y vitalidad, además de que interviene en la generación de vitamina D, sustancia que evita raquitismo (alteración del sistema óseo) y osteoporosis (desmineralización de huesos), los especialistas en dermatología aconsejan que el contacto prolongado con estas emisiones debe regularse mediante el uso de algún filtro o bloqueador formulado especialmente para evitar daños en las estructuras de la piel.

Los protectores solares, garantizan la disminución de problemas estéticos o de salud (aparición de manchas y arrugas) siempre que sean utilizados correctamente, tanto en periodos vacacionales como al efectuar actividades cotidianas durante las distintas épocas del año y en todas las etapas de la vida.
Diferencias

Para comenzar, existen diferencias entre protector y bloqueador solar. El primero se considera que ofrecen protección química, es decir, en su fórmula incluyen sustancias orgánicas que absorben los rayos del Sol y los vuelven inofensivos (te broncea un poco). Mientras que el bloqueador es un producto físico, su consistencia espesa y cremosa crean una pantalla que genera una sombra sobre la piel y que refleja o dispersa las radiaciones UV e infrarrojas. Aunque ambos se utilizan para proteger la piel, previenen el envejecimiento prematuro y retrasan alguna reacción que la piel pueda tener al tomar sol. Utiliza el más conveniente según tu necesidad y preferencia. Se debe considerar muchos factores, como «el tipo de piel, es decir, si es morena, clara, fina; el estado de ella (seca, grasa, con manchas, hipersensible); la edad de la piel (niño, adolescente, adulto o adulto mayor); el lugar donde frecuentará (playa, nieve, piscina o trabajo); la hora en la que se va a exponer al sol(entre las 11 y las 16 horas es la más dañina); y afinidad del producto por la piel.

Los dos productos se aplican en la piel 30 minutos antes de exponerte al sol, no debes utilizarlos cerca de los ojos y debes reaplicarlo si se traspira excesivamente o permanece dentro del agua por mucho tiempo. Sin embargo, fórmulas mejoradas dan protección al instante de aplicarlas, ya sea en crema, aerosol o gel y permanecen en la piel por más tiempo.

Comisión de Educación del Colegio de Farmacéuticos de Avellaneda.

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