Día Mundial del Parkinson: estiman que en el 2030 la enfermedad podría afectar a 9 millones de personas

Se trata de la segunda patología neurodegenerativa más frecuente luego del Alzheimer, cuyo tratamiento continúa el proceso de exploración. Síntomas y signos de alerta temprana.

Según previsiones mundiales, el Parkinson podría afectar a alrededor de 9 millones de personas para el 2030. Se trata de la segunda patología neurodegenerativa más frecuente luego del Alzheimer, cuyo tratamiento continúa en proceso de exploración.

“Si bien en este aspecto los expertos concluimos que a la fecha sólo se dispone de evidencia insuficiente respecto de drogas que puedan prevenir o retrasar la progresión del Parkinson, sí podemos destacar que los medicamentos actualmente disponibles resultan eficaces y de aplicación clínica para controlar los síntomas”, sostiene al respecto la doctora Emilia Gatto, jefa del Departamento de Enfermedades de Parkinson y Trastornos del Movimiento de Instituto de Neurociencias Buenos Aires (INEBA).

En tanto, el doctor José Luis Etcheverry, neurólogo de INEBA especializado en movimientos anormales, agrega que “respecto de los trastornos de la marcha y el equilibrio que genera esta enfermedad, por el momento no contamos con evidencia suficiente como para indicar un medicamento específico. Sin embargo, varios fármacos contribuyen a mejorar estos síntomas conjuntamente con la neuro-rehabilitación”.

Si bien especialistas manifiestan que numerosos fármacos e incluso la estimulación cerebral profunda logran retrasar y mejorar las fluctuaciones motoras de pacientes con síntomas avanzados, siguen explorándose nuevas terapias. “También se están produciendo avances interesantes en las llamadas terapias génicas que intentan —mediante vectores virales— proveer de genes que puedan reemplazar a aquellos afectados o cuya función se encuentre afectada”, explicó Gatto.

Además de los síntomas motores, el interés está puesto en aspectos conocidos como “no motores”, como depresión, ortostatismo (caída de la presión arterial sanguínea), constipación, salivación, pesadillas, alucinaciones, somnolencia e insomnio, entre otros. “Esta enfermedad no es producto de un único gen alterado, sino de varios genes (algunos interactuando entre sí) factores epigenéticos y otros mecanismos degenerativos. Por ello las terapias, conocidas como vacunas (inmunidad pasiva y activa respecto de alfa sinucleina), han tenido, a nivel experimental, resultados variables”, destacó Etcheverry.

Sobre el uso de cannabis para el tratamiento del Parkinson, Gatto aseveró que “hay aún dudas significativas acerca del impacto negativo que el uso prolongado de cannabinoides podría ocasionar, no solo en las funciones motoras, sino – y principalmente – en los aspectos cognitivos y conductuales del paciente”.

Entre los signos de alerta temprana se encuentran los temblores, la variación de la forma de escribir, la pérdida del olfato, problemas de sueño, dificultades para caminar o moverse, estreñimiento, cambios en el volumen de la voz, falta de expresión facial (aspecto de máscara), mareos, desmayos y encorvamiento de la espalda.

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