Descubren cómo una planta refuerza su resistencia a la sequía

Según investigadores de Mendoza, “fotorreceptores” reforzados de la especie Arabidopsis thaliana son capaces de “ver” la falta de agua y evitan que las hojas transpiren.

(Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Las plantas poseen diferentes tipos de fotorreceptores que “actúan como ojos” a través de los cuales “ven” las señales ambientales a fin de crecer y desarrollarse en forma adecuada. Un estudio realizado por científicos de Mendoza sugiere que el reforzamiento de uno de esos fotorreceptores – el fitocromo B- es esencial para aumentar la resistencia a las sequías.

“A través de los fotorreceptores las plantas pueden detectar la dirección, intensidad, duración y calidad de la luz”, explicó a la Agencia CyTA la autora principal del estudio, Carina González, ingeniera agrónoma y becaria doctoral de CONICET en el Instituto de Biología Agrícola de Mendoza. Se trata de una línea de investigación iniciada por el doctor Hernán Boccalandro, quien falleció trágicamente a fines del año 2011.

González, quien también se desempeña como docente de la Universidad Nacional de Cuyo, y sus colegas analizaron plantas mutantes de la especie Arabidopsis thaliana (muy usada como modelo de estudio en fisiología vegetal) que carecían de este fotorreceptor y descubrieron que se comportaban peor en situaciones de sequía. Es decir: las plantas que “sobreexpresan” o fabrican mayor cantidad de fitocromo B son más resistentes a la sequía, ya que la detectan más rápidamente y cierran con presteza los poros o “estomas” de las hojas a través de los cuales transpiran.

El trabajo fue publicado en la revista científica Plant, Cell & Environment. Y para poder hacer extensivo este resultado a otras especies vegetales, sería necesario hacer más estudios. “Pero sin lugar a dudas, este antecedente es un precedente muy importante sobre el rol de los fitocromos en la economía del agua de las plantas”, resaltó González.

Mendoza, donde trabaja la investigadora, es la provincia que posee la mayor superficie implantada con viñedos. Por lo tanto, “uno de nuestros objetivos a futuro es seguir estudiando respuestas reguladas por los fotorreceptores en vid que nos permitan dar un sustento teórico a prácticas culturales o desarrollar nuevas prácticas tendientes a mejorar el rendimiento y la calidad de las uvas”, destacó.

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