Debaten causas y consecuencias de la inundación de Bahía Blanca en la Diplomatura en Comunicación Agropecuaria de la UNLZ

Convocados por la Diplomatura en Comunicación Agropecuaria, dos periodistas de Bahía Blanca contaron cómo vivieron los difíciles momentos en que la inundación del pasado 7 de marzo.

En primera persona y con la emotividad a flor de piel, que tiene haber estado con el agua dentro de sus propias casas, sin luz y dificultades para trabajar por falta de conectividad, dos periodistas de Bahía Blanca contaron cómo vivieron los difíciles momentos en que la inundación del pasado 7 de marzo, literalmente, se llevaba gran parte de las pertenencias y el trabajo de toda la vida de los bahienses.

Convocados por la Diplomatura en Comunicación Agropecuaria, que desde 2024 dictan en forma conjunta docentes de las facultades de Ciencias Agrarias y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ), Hernán Guercio y Guillermo Rueda compartieron sus vivencias por videoconferencia el pasado 26 de marzo, en un diálogo franco con los cursantes y periodistas invitados, en un encuentro moderado por Sandra Capocchi, una de las coordinadoras de la diplomatura.

A partir de sus testimonios se abrió un espacio de reflexión sobre si la inundación fue un caso fortuito y aislado o si, por el contrario, es el resultado de una sumatoria de cuestiones que pueden derivar en nuevos eventos de este tipo, con las consecuencias conocidas.

En un contexto de cambio climático en el que fenómenos naturales de este tipo pueden ser cada vez más frecuentes, afectando especialmente a las áreas productivas, es importante conocer de primera mano qué pasó y qué puede hacerse para prevenir las consecuencias.

“Podés pensar muchas cosas de Bahía Blanca, pero nunca que se iba a inundar”, señaló el periodista bahiense Hernán Guercio. Y agregó que había habido una inundación hace 80 años y un desborde del arroyo Napostá en 2002/03 “pero jamás ibas a pensar que en pleno centro de Bahía Blanca ibas a tener un río que se extendía por unos 20 metros de ancho por 60/70 cm de alto”.

Sin olvidar la catástrofe humanitaria, las víctimas y desaparecidos, Guercio puso énfasis en los problemas de comunicación para la labor periodística. “La incomunicación fue muy grande. Estoy en un programa de radio a las 5 de la tarde. Quería ir a la radio para saber lo que pasaba, para cargar el celular y poder informar, sobre todo hacer mi parte. Mi mujer me decía  ¿cómo vas a llegar a la radio?”.

Guillermo Rueda, por su parte, comentó que “el tema de la incomunicación en periodismo fue muy fuerte. Estamos acostumbrados a que se corte internet o problemas de conexión, pero nunca habíamos vivido un episodio de estas características, en medio de la tragedia”.

En relación al impacto de la inundación en el sector productivo agropecuario, Rueda apuntó que un aspecto a favor fue que el evento “coincidió con que la cosecha fina (trigo, cebada, que es la que predomina en esta región, es de noviembre a enero, por lo que ahora no había necesidad de que entren camiones a los caminos”.

Esta situación en breve se puede complicar porque en momentos en que los productores empiezan a pensar en el área a sembrar de la campaña fina 2025/26 (arranca a fines de mayo) “siempre está el tema de los caminos rurales que no se mantienen, pero ahora directamente no hay caminos”, remató Rueda.

Por su parte, Guercio destacó que aún “no hay un número final sobre las pérdidas económicas a nivel productivo”, pero sí es claro que afectó a unos 70 productores frutihortícolas que hay alrededor de la ciudad, para los que el gobierno provincial dispuso medidas de asistencia y créditos blandos del Banco Provincia.

Y recordó que las mayores urgencias están a nivel de infraestructura. “Los dos canales de drenajes hay que hacerlos andar cuanto antes. Las estructuras de hormigón que rodean al canal y sostienen la tierra, se perdieron. Ante una lluvia esa tierra va a empezar a ceder”, alertó.

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