Cuando el encierro se transforma en la normalidad: “Yo en mi burbuja”

Después de casi 5 meses en los que nos vemos atravesados por la pandemia acerca del Covid-19, las personas, según varios registros, podrían estar experimentando “miedo a salir de sus hogares”, cuando el encierro se transforma en la normalidad y provoca un estado de ansiedad. Escribe la Lic. Marina Uccellatore.

 

Nadie creyó que el aislamiento social, preventivo y obligatorio duraría más que unas pocas semanas, sin embargo, los argentinos cumplimos una cuarentena desde el jueves 19 de marzo último, en el que muchos se encuentran sin poder ir a sus trabajos, ver a sus familiares, los chicos sin poder asistir a los colegios y los adultos mayores sin siquiera poder salir a realizar algún trámite. Tuvimos que aprender a amigarnos con nuestro lugar, en ese que muchas veces pasábamos pocas horas. Organizarnos, desorganizarnos y volvernos a ordenar. Lucha muy difícil

Por tal motivo, los hogares comenzaron a funcionar como un escenario multifacético, donde muchos han tenido que adaptar su rutina del “afuera” en el “adentro”, convirtiendo sus espacios en aulas de colegio, en oficinas, en gimnasios, en encuentros virtuales con sus seres queridos, sumándose la actividad diaria de las cosas necesarias para llevar adelante un hogar.

Con el correr del tiempo, el confinamiento y aislamiento se fue transformando en la rutina y en la realidad de la gran mayoría de grandes y chicos, mientras que la calle, para muchos, un lugar amenazante, hostil, de riesgo ante la posible exposición al temido virus de la enfermedad COVID-19. Es así como para muchas personas estar en sus casas se siente bien, transmite una sensación de seguridad y tras tantos días, se acostumbraron a adaptar sus vidas a este nuevo contexto global.

Este miedo, se puede traducir en un curioso e interesante síndrome: El  llamado “síndrome de la cabaña”, que aparentemente provendría de experiencias de cazadores en los Estados Unidos que se refugiaban en cabañas del bosque frente a alguna tormenta o peligro determinado, animales salvajes por ejemplo, que luego, aún cuando aparentemente ya había cesado el peligro tenían miedo a salir”.

Cuando hablamos del Síndrome de la cabaña, nos referimos a un estado anímico, mental y emocional que se ha estudiado en personas que, tras pasar un tiempo en reclusión forzosa, han tenido dificultades para volver a su situación previa al confinamiento. (Shutterstock)

Esto aplicado al caso de la cuarentena actual y al correr de los días es lo que les pasa a infinidad de personas que han tenido, vale destacar, una conciencia de situación y un cuidado de cuidarse y cuidar a los otros al no salir y refugiarse en casa. Muchos de los que hoy están habilitados con el permiso para salir les da miedo o les produce angustia. Al igual que aquellos que simplemente necesitan salir a realizar alguna compra o trámite. Esta angustia tiene por finalidad un peligro real”, en donde no sabemos si salir de casa va a hacer que finalmente nos contagiemos. Peligro que debemos manejar incluso, para seguir manteniendo nuestra defensa y poder enfrentar este nuevo mundo desconocido para todos en donde hoy el protagonista “CORONAVIRUS” se transforma  en un fantasma que sobrevuela permanentemente.

Con lo antedicho podemos afirmar que para muchas personas esta angustia del “querer permanecer en casa” se transformó en un refugio que puso en pausa todos los desafíos sociales, laborales y profesionales, y les permitió vivir en una especie de “tiempo fuera del tiempo”, en donde hasta la hora muchas veces se hace invisible. El hogar se transforma en un “nido protector”, en donde se observa una situación regresiva, funcional a los miedos de muchas personas.

Entonces nos preguntamos… ¿cómo sobrellevar este miedo?… Se sugiere que tienen que hacer la exposición al mundo exterior muy de a poco y teniendo en cuenta todos los cuidados, cumpliendo con  los protocolos indicados, pero por sobre todas las cosas teniendo conciencia individual para colaborar con la conciencia social.

Cabe destacar también, que este síndrome observable se da más en pacientes que tienen algún tipo de fragilidad emocional, los que ven mucha noticias están más predispuestos a tener visiones más catastróficas, por la sobreinformación, además de que está la información confusa, las fake news y el exceso de información, y con esto las personas que tienen desregulación emocional se desregulan más aun todavía.

Les propongo que puedan trabajar algo tan importante como la re-significación, un término que siempre debemos poner a prueba para afrontar y confrontar estos aspectos negativos que podemos padecer. Crearnos un mundo nuevo en donde “no se nos congele el afecto”. Poder empezar a construir y de-construir lo que nos hace mal. Buscar de salir y reencontrarnos en este camino nuevo, con cuidado, y pensar que “esto también pasara”. Generarnos recursos que nos permitan salir sin miedos. Inventarnos y re-inventarnos para afrontar esto que le toco vivir a la humanidad.

“La resilencia potencia la felicidad”… es la capacidad que tenemos para recuperarnos de la adversidad y seguir proyectando nuestro futuro. Desarrollar los recursos que quizá estaban latentes y que el individuo desconocía hasta el momento… “Resilire”, que proviene del latín, significa “Saltar hacia atrás, rebotar, y salir hacia adelante”. Confío en que la humanidad lo va a lograr…

 

Lic. Marina Uccellatore  

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