Cristina participa en La Habana de la apertura de la Cumbre de la Celac

La II Cumbre de la Celac, de la que participa la Presidenta y que reúne en La Habana, Cuba, a mandatarios y representantes de los 33 países de la región, se inició con un discurso del jefe de Estado anfitrión, Raúl Castro.

A las 9.33 (11.33 hora argentina), acompañada por el canciller Héctor Timerman, Cristina arribó al centro de convenciones PabExpo, ubicado a diez kilómetros del centro de la capital de la isla, y saludó a Castro y al canciller Bruno Rodríguez Parrilla.

Tras el saludo de Raúl Castro, una orquesta comenzó a tocar una selección de canciones populares de América Latina y El Caribe.

La agenda de los Jefes de Estado comenzó con la sesión inaugural de la II Cumbre de la Celac, a las 9 (11 hora argentina), seguirá con las deliberaciones hasta el almuerzo privado de las 13.30 (15.30 hora argentina) y continuará con una reunión desde las 15.30 (17.30 hora argentina) hasta las 18.30 (20.30 hora argentina).

A las 20.30 (22.30 hora argentina) los mandatarios se dirigirán a la Plaza de la Revolución, minutos después se producirá una actuación artística y luego la cena ofrecida por Raúl Castro.

En tanto, la agenda de mañana comenzará a las 10 (12 hora argentina) y finalizará a las 14.30 (16.30 hora argentina).

La agenda de temas que abordarán los Jefes de Estado alcanza a una veintena de problemáticas, sobre los que ayer los cancilleres alcanzaron un amplio consenso en la reunión preparatoria, según expresó el cubano Bruno Rodríguez.

De esta manera, la Argentina una vez más se aseguró el respaldo de los países de la región en el reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas y el pedido para que el Reino Unido se siente a la mesa de las negociaciones, tal como dispuso en numerosas resoluciones la Organización de las Naciones Unidas.

En tanto, los Jefes de Estado acordarán políticas sobre la inclusión de los movimientos independentistas de Puerto Rico como observadores de la Celac; la relación de las naciones con las empresas transnacionales; la seguridad alimentaria y la lucha contra la pobreza.

La declaración de América Latina y El Caribe como Zona de Paz ayudará a dar un instrumento para impedir golpes de Estado en la región -tal como ya lo tienen Unasur y Mercosur- pero también marcar su oposición a la presencia de, por ejemplo, submarinos nucleares británicos, tal como lo denunció Argentina

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