Cristal Avellaneda, la cooperativa que recuperó la marca Durax

El emprendimiento se formó tras la quiebra de Cristalux

La cooperativa Cristal Avellaneda, nacida de la mano de los ex empleados de la tradicional Cristalux, cumplió ocho años de funcionamiento ininterrumpidos. Cuando la reconocida firma presentó la quiebra, fraudulenta para sus empleados, ochocientos de ellos quedaron en la calle. Sin trabajo, comenzaron a dispersarse en busca de empleo hasta que los vecinos de la fábrica comenzaron a alertarlos sobre el vaciamiento de las instalaciones.

La defensa de lo que fuera la fuente de sus ingresos provocó que varios de ellos se juntaran y se pusieran de acuerdo para conformar una cooperativa, aunque primero debieron tomar una medida más urgente: montar guardia para que no continuara el vaciamiento de Cristalux.

El ingreso a la empresa por parte de sus ex empleados fue un 19 de julio de 2002, cuando la jueza los autorizó tras meses de acampe. Los sentimientos en esa entrada fueron ambiguos, la alegría de haber recuperado un lugar de trabajo se vio empañada por la tristeza de ver cómo estaba la fábrica.

Al vaciamiento provocado se le sumaba la maldad, porque lo que no se podían llevar, lo rompían, como algunos hornos que fueron parados con vidrio adentro.

“Fueron ocho años muy sacrificados, pero los primeros fueron extremadamente sacrificados, porque no arrancamos desde cero, sino que empezamos menos mil. Yo he  recorrido muchas cooperativas, vi que pasaron cosas similares, pero ninguna estaba en el estado en que la encontramos nosotros”, graficó a La Ciudad el presidente de la Cooperativa Cristal, Osvaldo Donato, al referirse al estado en que encontraron el establecimiento.

“Hay cooperativas que tomaron la posta bien, ojalá hubiésemos agarrado la fábrica abandonada, pero la agarramos saqueada y destruida”, agregó Donato, quien destacó además que a causa de ello aún hay sectores que no pudieron ser reacondicionados, como el laboratorio atómico.

La recuperación fue lenta pero constante. Luego de la limpieza y puesta en condiciones de gran parte de las ocho manzanas que ocupa el predio sobre la Av. Hipólito Yrigoyen 2008, los integrantes de la ahora cooperativa Cristal Avellaneda empezaron a vender cartón y chatarra para poder reponer lo faltante.

Los primeros trabajos llegaron después, cuando a los obreros se les ocurrió hacer un hornito de 500 kilos para fabricar ceniceros y una que otra regalería, lo cual les permitió recuperar a mucho de sus tradicionales clientes.

“Fuimos avanzando hasta llegar al horno  de 43 toneladas y ganando terreno en la parte comercial, nos metimos a exportar, pero después llegamos a un momento en que no queríamos pensar, que era la vida útil del horno grande”, comentó Donato al referirse a uno de los últimos inconvenientes.

“Al ver que se pinchaba ese horno, tuvimos que armar una rueda de auxilio reflotando un  horno de diez toneladas -añadió- lo pusimos en paralelo y fuimos apagando el grande, pero durante ocho meses tuvimos un horno cuya producción era cinco veces menor”.

“Tuvimos que suspender la exportación y achicarnos con la cantidad que vendíamos a los clientes, pero aprovechamos esos meses para terminar el horno grande y cuando volvimos a encenderlo nos dio el aire que necesitábamos”, comentó Donato.

En cuanto a los mejores momentos de estos ocho años, el presidente de la Cooperativa aseguró que “si bien uno nunca está tranquilo, fue cuando el horno grande de 43 toneladas se puso en condiciones por primera vez”.

En cuanto a los productos que fabrican en la actualidad, Osvaldo Donato comentó que cuentan con toda la línea “Cielo”. “No contamos con mucha variedad porque tenemos las matrices que nos han dejado -agregó- hay modelos a los que queremos llegar, que son los tradicionales que se trabajaba antes”.

A la hora de vender sus productos, la Cooperativa Cristal cuenta con una ventaja: la marca. Con el paso de los años y pese a no tener la misma presencia en los medios audiovisuales, “Durax” es una verdadera marca registrada que quedó grabada en el inconciente de todos.

“Tener la marca es una  una ventaja muy grande, es un estandarte porque donde quieras que vayas te conocen por Durax. Te ayuda para meterte en los mercados porque no hace falta explicar todo, apenas nombrás Durax ya se conoce, es una de las pocas marcas que opaca a la firma”, resaltó Donato.

Las ventajas de las cooperativas
La creación de nuevas cooperativas de trabajo tiene un fuerte impulso desde el gobierno nacional, por lo que “Cristal Avellaneda” siente también que es el momento para seguir creciendo.

Consultado sobre las ventajas de trabajar en cooperativa, Osvaldo Donato aseguró que “los puntos más importantes es tener una libertad, lógicamente moderada, que en una sociedad anónima no vas a tener o la vas a tener muy medida”.

“Acá, la libertad la tenés, yo eso lo recalco, pero no cruzando los límites sino respetando los horarios -añadió- además en una cooperativa tenés la posibilidad de hablar con el consejo, preguntar lo que quieras y tener respuesta”.

Por otra parte, el cliente de una cooperativa no tiene grandes diferencias a la hora de comprar porque básicamente es lo mismo, tanto una Sociedad Anónima como a una cooperativa, le va a vender productos y van a negociar el precio, pero, según explicó Donato, “una SA es más rígida en eso, en una cooperativa puede estar más holgado al negociar los pagos”.

Sobre las falencias, sobre las cuales aún tienen que trabajar en la Cooperativa Cristal, Donato aseguró que les falta “aceitar” todo lo relacionado con la información al  asociado. “Tenemos ganas de hacerlo, lo que pasa que si fuera una cooperativa chica sería más fácil, pero acá es un mundo, estás pensando en los insumos, en cubrir bancos, son casi veinte sectores”, subrayó.

Si bien la comunicación interna queda como materia pendiente, la relación con la comunidad estuvo presente desde el primer momento. “En los comienzos tuvimos que salir a manguear, que era algo que no estábamos acostumbramos, pero aprendimos, y los comerciantes de la zona han colaborado, al principio desconfiaban, pero después fueron viendo y creyendo”, comentó Donato sobre los meses de lucha.

Una forma de colaborar con el vecindario, a modo de agradecimiento, fue mejorar la fachada de la fábrica para que sea más agradable a la vista de todos y limpiar las ocho manzanas para sacar todo tipo de residuos que habían quedado y garantizar la higiene.

“De a poco nos estamos metiendo con lo social porque de entrada apuntamos todos las cañones a la producción -comentó Donato- por intermedio de otras cooperativas participamos de diversas actividades y además hacemos donaciones a comedores, tratamos siempre de ayudar”.

“Cuando miro para atrás, no puedo creer todo lo que se hizo, recuperamos la marca e hicimos un trabajo grande”, concluyó el presidente de la cooperativa Cristal Avellaneda.

Autoridades de la Cooperativa
Presidente: Osvaldo Donato
Secretario: Ruben Sánchez
Tesorero: Ricardo Robledo
Primer Vocal: Andrea Verón
Síndico Titular: Hugo Brugiafredo
Ayudante de Síndico: Raúl Guerrero

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