Crecer: Construyendo el camino hacia un pleno desarrollo

El equipo integral de estimulación del desarrollo de la infancia funciona en Chile 95 de la localidad de Piñeiro. En la foto la fonoaudióloga Estela Ierónimo y el kinesiólogo Lucio Coloma, responsables de Crecer.

La infancia es una etapa fundamental en el desarrollo de las capacidades físicas, intelectuales y emotivas de los niños. A su vez, representa el período más vulnerable del crecimiento, dada la casi absoluta dependencia del ser humano respecto de su entorno.

En ese contexto, Crecer es un equipo integral de estimulación del desarrollo de la infancia, que aborda el tratamiento de distintos trastornos que pueden comprometer el normal desenvolvimiento de las habilidades del niño, corrigiendo o minimizando su impacto y estimulando todas sus capacidades potenciales, para mejorar su calidad de vida y lograr que su inserción social sea lo menos traumática posible.

La Ciudad dialogó con sus responsables, la fonoaudióloga Estela Ierónimo y el kinesiólogo Lucio Coloma, quienes explicaron la modalidad de trabajo y los servicios que ofrece este grupo interdisciplinario de profesionales.

«Lo que hacemos aquí es estimular a los chicos en todo su potencial, para que desarrollen todo lo que puedan, dentro de sus posibilidades. Nuestro lema es «construyendo el camino hacia un pleno desarrollo». Ese es el objetivo final, aunque también hay objetivos generales y objetivos individuales, específicos de cada chico», expresó la Dra. Estela Ierónimo.

En Crecer se atienden niños desde que son bebés (5 o 6 meses de vida) hasta la adolescencia (14, 15 años), que presentan diversos cuadros o patologías: retraso mental; trastornos del aprendizaje, de las habilidades motoras o del lenguaje; autismo, déficit de atención, entre otros.

Su centro de atención, ubicado en la calle Chile 95, del barrio de Piñeiro, constituye un lugar debidamente adaptado a las necesidades e intereses propios de los pacientes que allí se atienden.

«El área de discapacidad es muy particular. Si uno se fractura, va al traumatólogo. Pero si uno encuentra un niño con algún tipo de discapacidad debe ser bien evaluado, para hacer una derivación certera. Y a veces los trastornos no son tan visibles, evidenciables o tan precisos.

Lo que podemos brindar acá es un equipo con todas las especialidades. Donde vamos viendo lo dinámico, haciendo evaluaciones día a día, quincenalmente o mes a mes, y observando cómo se va modificando ese chico, y transformando su tratamiento», explicó, por su parte, el Licenciado Lucio Coloma.

El kinesiólogo mencionó que los profesionales intervienen «según la necesidad». Porque, de pronto, «hay déficits que se van corrigiendo, y permiten descender la frecuencia del tratamiento en un área para darle mayor participación a otra especialidad».

El equipo de Crecer está conformado por 11 profesionales de distintas disciplinas, entre las que se encuentran: las mencionadas fonoaudiología y kinesiología, psicología, psicopedagogía y terapia ocupacional.

Los profesionales entrevistados coincidieron en la gran importancia de un diagnóstico precoz, para dar comienzo a una estimulación temprana.

«En una patología genética, -por ejemplo, como el Síndrome de Down-, hay características físicas que se observan desde nacimiento. Y en función a eso, uno como profesional sabe que el desarrollo se tendrá que ir acompañando, porque ese chico va a tener déficits.

La idea es ir llevándolo al niño para evitar vicios o formas de desarrollo que no son las mejores y que después son más difíciles de reencauzar.

Entonces, desde bebé, uno va construyendo el habla, la marcha, el nivel cognitivo, por supuesto que a partir del juego y los intereses según la edad del niño», sostuvo Ierónimo, quien se está capacitando actualmente en el tratamiento de trastornos del espectro autista.

«Entonces es muy importante la detección temprana de la patología que sea. Yo hablo desde el lenguaje, pero en todas las especialidades es recomendable detectarlo y comenzar a trabajar», agregó la médica.

En ese sentido, la profesional detalló los pilares fundamentales para abordar cualquier tratamiento:

1) El vínculo: Es indispensable generar un vínculo paciente-terapeuta, porque es lo que permite todo el resto.

2) La motivación: Para generar un interés en los chicos, se los aborda con los juegos. Dependiendo de la edad, serán juguetes, juegos funcionales o juegos simbólicos.

Respecto a la calidad de atención del equipo Crecer, Coloma enfatizó: «Aquí abordamos a los chicos en forma individual y de manera controlada. Es un trabajo especializado, individual y planteado en forma integral. Por eso son muy importantes las reuniones de equipo que hacemos periódicamente».

«Creemos en esto, que es la base de nuestra concepción: el trabajo en equipo. Si no, cada uno podría tener su consultorio privado. Sin embargo creemos que es la mejor manera de abordar a un chico con dificultades», aportó la Dra. Estela.

«También brindamos ergonomía, respecto al tiempo y al esfuerzo, porque son tratamientos a largo plazo y, para que las familias los puedan sostener, se le ofrece todo el confort y un estado de pertenencia», destacó, a su vez, el especialista en kinesiología.

Los responsables resaltaron además que «se coordinan los horarios para que los chicos puedan hacer más de una terapia cada vez que vienen. Y eso hace que ellos se sientan cómodos con esa modalidad».

Coloma subrayó que «los integrantes del grupo llevamos muchos años trabajando juntos, cada uno sabe lo que hace el otro, y confía en el otro respecto a la calidad de atención. Y se han sumado otros profesionales que han aportado su experiencia para el crecimiento del equipo».

«El abordaje integral termina siendo un valor agregado, porque los profesionales nos sostenemos uno al otro y, entre todos, sostenemos al paciente y a su familia», añadió Ierónimo.

Según los responsables, esa «mirada integral» facilita la comunicación con el ámbito educativo, con el que se mantiene un vínculo muy estrecho.

Y con el mismo criterio se maneja el discurso para con los padres de los niños, en cuanto a las indicaciones y pautas, que son consensuadas.

«Las entrevistas con los papás sirven para darles indicaciones y nos permiten saber cómo están los chicos en casa. Son parte del tratamiento y son muy importantes.

Porque aquí hay tres patas: la terapia, la escuela y la casa», afirmó la fonoaudióloga Ierónimo.

«Las habilidades que el chico desarrolla acá tienen que ser transferidas al hogar y al ámbito educacional. Si no, no se puede lograr el objetivo», concluyó el Lic. Coloma.

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