Creación de empleo e inversiones: los detalles del proyecto sobre movilidad sustentable
La iniciativa busca ampliar la plataforma automotriz con vehículos eléctricos, vehículos con celda de combustible y nuevas categorías, como la micromovilidad; además de impulsar la inserción de sectores científicos, tecnológicos e innovadores; y a la vez, dinamizar y robustecer al actual tejido autopartista.
El proyecto de ley de Promoción de la Movilidad Sustentable representa “una ventana de oportunidad única para reposicionar y ampliar capacidades de la industria automotriz argentina en el mundo”, a la vez que permitirá crear hasta 2030 unos 12.500 puestos de trabajo en las terminales y captar inversiones estimadas en US$ 5.000 millones, según las previsiones del Ministerio de Desarrollo Productivo.
La iniciativa, que presentará el presidente Alberto Fernández desde la planta fabril de Toyota, busca ampliar la plataforma automotriz con vehículos eléctricos, vehículos con celda de combustible y nuevas categorías (micromovilidad); impulsar la inserción de sectores científicos, tecnológicos e innovadores; y a la vez, dinamizar y robustecer al actual tejido autopartista.
Se prevé en este sentido la creación de 6.000 puestos de trabajo en empresas de autopiezas, con inversiones en una década por US$ 1.500 millones.
En Desarrollo Productivo proyectan además 2.500 nuevos puestos de trabajo en fabricantes de baterías (con inversiones por US$ 1.800 millones) y un ahorro acumulado de 10,7 millones de toneladas de CO2 equivalente.
El proyecto alienta un régimen que promoverá el diseño, la investigación, la innovación, el desarrollo, la producción, comercialización, reconversión y/o utilización de vehículos propulsados por fuentes de energía sustentables y que también impulsará la fabricación de partes, conjuntos y equipos auxiliares en todo el territorio nacional.
El texto enviado al Congreso tiene como objetivo “promover la utilización creciente y sostenida de vehículos propulsados con fuentes de potencia no convencionales, de producción nacional“.
Se cubre así toda la movilidad terrestre: vehículos livianos, medianos, pesados, de pasajeros, de carga, la micro movilidad, los experimentales y los designados por la autoridad de aplicación.
En dos decenios, además, desde 2041, no podrán comercializarse vehículos con motor de combustión interna nuevos en el territorio nacional.
El proyecto establece un régimen de estímulos tanto para la demanda (público comprador de vehículos) como para la oferta (terminales, autopartistas, fabricantes de baterías y cargadores, etc.), durante 20 años, con beneficios decrecientes en el tiempo para acelerar las inversiones.
Se promueve asimismo la creación de la Agencia Nacional de Movilidad Sustentable, a fin de promover el desarrollo científico, tecnológico y volcarlo al sistema productivo sectorial, para lo cual se monitorearán las tendencias internacionales, normativa y certificaciones y cambios tecnológicos en el área.
Del mismo modo, se creará el Fondo Fiduciario de la Movilidad Sustentable (Fodems) para garantizar la disponibilidad y sustentabilidad de financiamiento que requerirá el Régimen, con recursos de diversas fuentes orientados a la inversión necesaria para la reconversión.
Sustitución de importaciones
“Una estrategia de Movilidad Sustentable con enfoque productivo hará que produzcamos más partes y conjuntos en el país y que sustituyamos importaciones”, destacaron en Desarrollo Productivo.
Se explicó en ese sentido que el país “puede atraer estas inversiones” porque posee materias primas claves en abundancia para la movilidad sustentable: cobre, litio y energías renovables; y puede también proveer mercados para el crecimiento de la nueva movilidad: el transporte urbano de pasajeros y los vehículos de la administración pública.
El país también cuenta con un tejido autopartista robusto y antecedentes en industria automotriz, “sólo resta ingresar en las nuevas tecnologías”; tiene recursos humanos y técnicos de alto nivel; y puede ofrecer su inserción en el Mercosur y sus acuerdos automotrices con Chile y México.
“Es la oportunidad de producir externalidades y difundir nuevas tecnologías: fabricar baterías para otras aplicaciones, utilizar nuevos materiales livianos, diseñar sistemas de gestión de transporte con big data, aplicar inteligencia artificial al transporte público y de cargas”, concluyó el ministerio.