En su discurso ante el Parlamento surcoreano, Trump dirigió una serie de advertencias claras a Corea del Norte, pero no azuzó más la disputa por el programa nuclear. En su discurso de unos 30 minutos resaltó el claro contraste entre una próspera Corea del Sur y una Corea del Norte devastada.
Sin embargo, poco después Trump y la cúpula de poder en Pyongyang intercambiaron comentarios mordaces. El domingo, durante una vista a Hanoi, Trump se preguntó en Twitter por qué Kim lo insultaba llamándolo “viejo” cuando él “nunca” lo calificaría de “bajito y gordo”.
Corea del Norte había señalado antes sobre el discurso de Trump en Seúl que sus palabras eran “declaraciones desconsideradas de un viejo lunático“. En los últimos meses, las tensiones en la región se han agudizado considerablemente después de que Corea del Norte lanzase varios misiles e hiciese otro test nuclear, violando así las resoluciones de la ONU.
