¿Cómo trabaja el primer laboratorio argentino que busca prescindir de los animales en experimentos?
Presta servicios a la industria cosmética y agroquímica, dos sectores en los que el reemplazo de los organismos es la regla a nivel mundial.
El Laboratorio de Métodos Alternativos (LMA), llevado adelante por el consorcio EBAL y por investigadoras de Conicet, es el primero de Argentina especializado en generar y aplicar métodos que reemplacen el uso de animales en la ciencia. Históricamente, a partir del estudio de estos organismos, se obtuvieron respuestas para el desarrollo de productos de limpieza, cosmética, agroquímicos y medicamentos. Sin embargo, en diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ, María Laura Gutiérrez, directora del LMA, cuenta: “Promovemos el reemplazo de uso de animales por cuestiones éticas y porque existen otras herramientas que nos permiten predecir la seguridad de los productos con mayor eficiencia”.
Inaugurado en 2016, este laboratorio responde a las demandas de la comunidad científica y de la sociedad de aplicar a la investigación preclínica el principio de las 3Rs: reemplazo, reducción y refinamiento para un uso más ético de los animales. Específicamente, presta servicios a la industria cosmética y agroquímica, dos sectores en los que el reemplazo de estos organismos en la investigación es hoy la regla a nivel mundial.
“Generalmente se utiliza a los animales para los ensayos de toxicidad, es decir qué tan tóxico o seguro es el producto para el ser humano. Por ejemplo, cuando un producto de cosmética dice ‘evitar el contacto con los ojos’ es porque previamente se hizo ensayos con animales vivos y se vieron irritaciones”, explica Gutiérrez. Y agrega: “Hoy en día existen otras herramientas que son aún más eficientes que el uso de animales completos vivos, como la reconstrucción de tejidos a partir de células”.
En cuanto a la industria farmacéutica, la especialista cuenta que allí el reemplazo de los animales es más complejo. “Siempre que se pueda reemplazar porque el producto es más predictivo, se hace. Perocuando se trata de una cuestión fisiológica, como el estudio del hígado o de un riñón, cualquier organismo de salud pide como requisito que haya sido testeado en cuerpos enteros. En este caso, el uso de animales es menos repudiado que en otros sectores”, detalla.
Técnicas innovadoras
“Buscamos contribuir con desarrollos originales e instalar en nuestro país los métodos alternativos que ya cuentan con validación internacional de organismos regulatorios como la Agencia Europea de Medicamentos o la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU”, desarrolla la directora.
Entre los métodos alternativos que investigan está el del uso de los tejidos bovinos, específicamente de las córneas, que reemplazan el uso de conejos: “Es mucho mejor usar una córnea de un animal que ya falleció que un conejo vivo“, ejemplifica Gutiérrez a la Agencia.
Otro método es la reconstrucción de tejidos con células humanas, aunque la investigadora reconoce que “si bien es lo ideal, no es fácil conseguirlas”. En este marco, desarrollaron un modelo de epidermis humana reconstruida a partir de células madre epiteliales de piel humana obtenidas, por ejemplo, de donantes durante cirugías plásticas.
Los ensayos realizados en tejidos humanos producidos en un laboratorio y a partir de células dérmicas, oculares y de otro tipo, permiten determinar la seguridad para la salud (niveles de irritación y sensibilización dérmica y fototoxicidad) de productos cosméticos, de limpieza, fármacos y dispositivos médicos en desarrollo. El laboratorio también brinda asesoramiento a empresas biotecnológicas, farmacéuticas, agroquímicas, cosméticas y de tecnología médica.
Por Luciana Mazzini Puga para la Agencia de Noticias de la UNQ.