Combate en el Puente Barracas, preparación de los Combates en 1880

Escribe Rudi Varela

El 17 de junio a las 20.05 hs. se encontraba Ignacio Arias acantonado en Morón, cuando recibe el despacho telegráfico del Ministro Provincial Martín de Gainza. Se puso en marcha a las 5 de la mañana del día 18. Soslayó el pueblo de Flores, que quedó a la izquierda, atravesando los campos de San Justo. En este punto dio un descanso de una hora y media a sus soldados y según la crónica: “…él mismo se tiró la barriga a la vereda de la plaza de donde, teniendo su caballo por la rienda, durmió media hora, pobre descanso para cuerpo tan fatigado”.

A las nueve de la mañana el ejército acampó en la margen izquierda del Riachuelo. En cuanto a la caballería, la ubicó en el flamante Pueblo Valentín Alsina, adelantando por otra parte algunas avanzadas hasta Lanús.

El día 10, Arias recibió la visita del gobernador Tejedor (con sede en la ciudad de Buenos Aires), lo que es narrado por Eduardo Gutiérrez: “A las 12,50 p.m. se oyó el toque de atención que anunciaba la llegada del carruaje del gobernador. El coronel Arias a caballo, mandó poner en orden de parada los cuerpos y presentar las armas.

El gobernador venía en carruaje descubierto, acompañado de sus ministros Alcorta y Balbín, con su Edecán coronel Tejerina, y una escolta de veinte soldados del Batallón Tejedor. Recorrió gran parte del campamento y felicitó al Coronel Arias por el brillante resultado que había obtenido en tan corto tiempo”.

El ministro Gainza hace ingentes esfuerzos para que el jefe de la Campaña, Arias, tenga el máximo posible de armamentos para combatir en los dos puentes de acceso a la Ciudad de Buenos Aires.

A la tarde del día 18 le informan que recibirá ayuda del comandante Leiría, que se encontraba en San Vicente, de 3.000 caballos con destino al Puente Barracas, quien llega el 19 a las 2 de la tarde con 400 hombres, dejando 250 a retaguardia para hostilizar a Levalle que venía desde San Vicente con 700 hombres.

El 20 de junio combaten en Barracas al Sud
El combate de Puente Barracas (donde hoy está el Pueyrredón) tuvo lugar el domingo 20 de junio de 1880. A las 7.25 de la mañana el comandante provincial general Arias, desde Puente Alsina, le solicitó refuerzos al ministro Gainza para la defensa del Puente de Barracas que serían 4 Brigadas de Infantería y 4 de Caballería a las 11 de la mañana.

Levalle dio orden de avanzar a Fotheringham desde la Estación del Ferrocarril Barracas (hoy Avellaneda) por la calle Pavón para desembocar en la de Mitre, tomar el puente y pasar a la ciudad.

Con fuego sostenido venían avanzando por Pavón siendo baleados desde las casas y la azotea del Club y Teatro Rivadavia (Pavón 24).

A las 13.15 se luchaba en la esquina de Pavón y Mitre. El Batallón 4 de Vigilantes (Garmendia) del ejército provincial había pasado el puente y se batía en la calle Pavón, entre la calle Mitre y el Teatro Rivadavia, luego de dispersar una división de Levalle, que había casi tocado el repecho del puente.

La pelea, fue sangrienta; cuerpo a cuerpo, revólver en mano, con facones y lanzas como en los tiempos de la montonera. Los rifleros, con sus clásicos pajizos atacaban desde las puertas, azoteas y ventanas, con un heroísmo descabellado, tratando de diezmar a los batallones del 5º (Bedoya) y el 7º (Fotheringham) de Línea Nacional y del Regimiento de Caballería (Villar), todos al mando de Levalle.
A las 12.30 el coronel Morales, del Ejército Provincial, que estaba acantonado en la Iglesia Santa Lucía, recibió la orden de marchar hacia el puente con los batallones “Coronel Sosa” (por la calle Herrera) y “General Mitre” (por la calle Montes de Oca).

Estos batallones estaban armados con viejos fusiles de fulminante y no tenían bayonetas. Morales llegó al puente en lo más recio del combate.

Este duró horas de sangre y de fuego. Los batallones “Sosa” y “Mitre” fueron prácticamente diezmados, muchos rifleros cayeron, entre ellos el boquense Pablo Villarino, que fue alcanzado por una bala cuando estaba acantonado en la azotea del Teatro Rivadavia.

Cuando las municiones de los defensores del puente estaban agotadas e iban a entrar de lleno en la lucha cuerpo a cuerpo, se retiraron hasta Tres Esquinas (Montes de Oca y Osvaldo Cruz), y vuelven a partir por la calle Herrera y Montes de Oca hasta Estévez y Ameghino, en Avellaneda, donde tuvieron otro enfrentamiento. Levalle se refugió en la estación Barracas, Avellaneda, y se retiró en tren, una parte hasta Lanús y la otra hasta Lomas.

La lucha había sido heroica por ambas partes. Apenas concluida se improvisó un hospital de sangre en las inmediaciones del puente. Entre los practicantes del cuerpo de sanidad de las tropas provinciales, estaba Manuel Estéves, fundador y director del periódico “El Pueblo”.

Las divisiones de Levalle habían sufrido grandes pérdidas – nos cuenta Larrain, extraído del diario “La Patria Argentina” – y “para probar el estado de derrota en que está, basta decir que de las piezas de artillería que traía dejó dos entre los potreros y cuatro que les fueron tomadas a la oración”. Continúa la crónica diciendo que: “hay muchos dispersos del 7º de Línea que están escondidos en La Boca (Isla Maciel), aterrados ellos mismos de los horrores que han cometido…”. Y prosigue, “… el 7º ha saqueado las casas de negocios de Barracas, no se decía nada, sino gritos de roben y degüellen…( )…hay cincuenta vascos que han muerto, algunos de ellos que estaban comiendo en una mesa donde fueron asesinados…( )… las fuerzas de Levalle mataron a cuatro italianos particulares en otro punto, han herido a dos vascas, haciéndolas pedazos con las culatas de los fusiles, han robado varias casas y violado… “. Y concluye “… esto es público en Barracas”.
El mismo día del combate, fue asesinado juntamente con su asistente, el comandante de la Guardia Nacional de “Barracas al Sud”, Benjamín Cruza, por un individuo que no era militar ni conocido en el pueblo, dice el periódico “El Pueblo”.

Durante el combate, cayeron sobre casas del pueblo granadas arrojadas por los cañones de Levalle; fragmentos de esas bombas fueron llevadas a la redacción de “La Patria Argentina” por vecinos que las hallaron. “… la población de Barracas se ha portado durante el combate de ayer de manera que obliga para siempre la gratitud del país”, dijo el citado diario de Buenos Aires.

En cuanto cesó el fuego, las familias de Barracas se lanzaron a las calles a recoger a los heridos y los alojaron momentáneamente en sus casas, de donde fueron recogidos por el Cuerpo de Sanidad y llevados a los hospitales de Buenos Aires.
Según Diego Abad de Santillán, el combate del Puente de Barracas dejó un saldo de tres mil muertos.

(continuará)

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