El Obispado recordó, como ya había señalado en un comunicado el 4 de octubre de 2022, que el Colegio Espíritu Santo es propiedad de la Asociación Civil Congregación Misioneras Marianas del Espíritu Santo.

Por lo tanto, el colegio está dirigido por sus autoridades estatutarias, constituidas según la normativa civil. En ese marco, los bienes afectados de la obra educativa pertenecen a la mencionada Asociación, explicó el Obispado.

“El Obispado de Avellaneda-Lanús ha procurado, a lo largo de los años, brindar toda la ayuda que le ha sido posible cada vez que le fue requerida”, destacó.

Al mismo tiempo, reconoció que “la situación excede hoy sus competencias y sus posibilidades reales, y espera en cambio una respuesta de parte de las autoridades educativas competentes, en vistas de la pronta solución del conflicto”.

El reclamo de los padres

Cercana ya la fecha de inicio de clases y, al no recibir respuesta en los intentos por comunicarse con el colegio, los padres de los alumnos se acercaron al lugar.

Ante la incertidumbre por no haber sido informados del cierre de la institución, las familias y el cuerpo docente comenzaron a manifestarse en la puerta del colegio.

“Quisimos sacar el colegio adelante entre todos, pero empezamos a ver los malos movimientos que había y desaparecieron”, aseguró.

“Fuimos a La Plata a hablar con los inspectores, porque el colegio es subvencionado por el 80% y ellos nos garantizaron que el ciclo 2023 estaba asegurado”, precisó Montavano.

Según declaraciones de las familias, pese a que ya fueron matriculados 250 chicos para este 2023, el instituto no abona los sueldos pendientes desde septiembre a los docentes.

“Siempre sospechamos, porque las dueñas no aparecen. Estamos en febrero y los maestros siguen sin cobrar. En La Plata nos garantizaron el ciclo lectivo, pero pido que alguien dé la cara”, expresó Montavano.

Las dueñas del colegio son dos religiosas de la Congregación Misionera Mariana del Espíritu Santo, que fue reconocida por Normativa Nacional como persona jurídica y entidad de bien público en 1997, e incluida en el Registro de Institutos de Vida Consagrada.

Sobre las religiosas, aseguró que “un día las vimos caminando y llegamos a un acuerdo para sacar adelante el colegio, ellas dijeron que querían eso”.

“Una vez que les reclamamos por la plata de los docentes, desaparecieron de nuevo. Nadie las vio otra vez y no están en su casa, que está a la vuelta de la institución”, alertó ante la prensa.

El intendente municipal de Lanús, Néstor Grindetti, aclaró en sus redes sociales que su gestión se reúne con los padres desde septiembre de 2022 para colaborar “en todo lo que estuviera a su alcance”.

El intendente aseguró que la Jefa de la Región 2 provincial, Daniela Silva, manifestó que no hay “ninguna comunicación de cierre”, que la administración provincial continúa “pagando los sueldos docentes” y la institución “matriculando alumnos”.

“Nos preocupa profundamente que una institución tan importante y arraigada al barrio esté en esta situación debido a los malos manejos de sus autoridades”, expresó.

El intendente aseguró el acompañamiento personal y del Municipio en el reclamo de los padres y de toda la comunidad educativa.

Los indicios de la crisis en 2021

Con casi 60 años de trayectoria y una matrícula de cerca de 500 alumnos, los indicios de la crisis del Colegio Espíritu Santo comenzaron a notarse en 2021.

En diciembre de ese año, los docentes enviaron una carta abierta a la comunidad.

Allí alertaban sobre la “durísima crisis económica e institucional” y un panorama hacia el futuro “muy preocupante”.

Sumado a los efectos negativos de la pandemia, advertían sobre “la negligente gestión administrativa de la escuela a través de los años”.

Además, detallaban los intentos por comunicarse con el representante legal, Sr. Roberto Guidetti, para plantear sus inquietudes, sin respuesta de su parte.

Con “angustia y preocupación”, convocaron en ese momento a un abrazo solidario al Colegio para dar visibilidad a la situación y demostrar a los alumnos “que ningún maestro/a o profe va a bajar los brazos”.

Ya en 2021, los docentes tuvieron dificultades para percibir sus salarios.

 

Por Julieta Villar para Aciprensa