Científicos de la UNLP crearon la primera bioimpresora 3D de Argentina para tratar lesiones de la diabetes

El equipo de investigadores fabrica apósitos personalizados que liberan moléculas terapéuticas de forma controlada. El objetivo es utilizarlos en pacientes con pie diabético, una de las mayores complicaciones de la enfermedad.

  • Foto: Universidad Nacional de La Plata

 Investigadores de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) diseñaron la primera bioimpresora 3D de Argentina para fabricar apósitos personalizados que liberan moléculas terapéuticas de forma controlada.

El trabajo llevado a cabo por el Laboratorio de Nanobiomateriales del Centro de Investigación y Desarrollo en Fermentaciones Industriales junto al Laboratorio de Investigación y Formación en Informática Avanzada de la Facultad de Informática está destinado a pacientes con “pie diabético”.

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Esta patología es una de las mayores complicaciones de la diabetes, generada por una escasa vascularización en los miembros inferiores que disminuye el proceso de cicatrización en lastimaduras y provoca la aparición de úlceras.

El riesgo de desarrollar úlceras de pie diabético en adultos es del 34% y más del 50% de ellas se infectan con microorganismos. Además, las que no son tratadas de forma apropiada conducen a la amputación del miembro ulcerado y la sobrevida tras la primera amputación es de aproximadamente cinco años.

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Según Guillermo Castro, responsable del Laboratorio de Nanobiomateriales, una de las ventajas del desarrollo es que los apósitos pueden personalizarse de acuerdo a las características de las lesiones y los pacientes.

Además, agregó que “la ventaja de las matrices bioimpresas que contienen moléculas terapéuticas es que permiten la liberación prolongada de fármacos en concentraciones adecuadas durante un periodo de tiempo establecido”.

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Esto, según expresó, “reduce la concentración de fármacos debido a la acción local, aumenta su efectividad y evita los riesgos de toxicidad secundaria en otros órganos, tal como suele ocurrir con los tratamientos convencionales”.

A su vez, cabe resaltar que las bioimpresoras 3D sólo requieren un entrenamiento simple del personal médico para su uso, pueden ser empleadas en unidades sanitarias de baja y media complejidad y genera apósitos adaptables y más económicos que los tradicionales.

“La impresora que está en uso es un prototipo, con el cual estamos ajustando y ensayando los parámetros de las diversas matrices a emplear. El proyecto tiene apenas un año y nos encontramos estudiando las diferentes matrices, para caracterizarlas fisicoquímicamente y hacer los estudios con diversos fármacos”, aclaró Castro.

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