CGF Sur abrió sus puertas en Avellaneda
En Marconi 677 de Avellaneda, comenzó a funcionar el Consultorio de Ginecología y Fertilidad a cargo dela Dra. María Fernanda Gutiérrez de Valle, especialista en Medicina Reproductiva.
Con el objetivo de ayudar a las parejas con problemas de fertilidad a cumplir el sueño de ser padres, desde hace unos meses abrió sus puertas en Avellaneda, más precisamente en Marconi 677, el Consultorio de Ginecología y Fertilidad CGF Sur, a cargo de la Dra. María Fernanda Gutiérrez de Valle, especialista en Medicina Reproductiva.
Elegí Avellaneda para este emprendimiento porque nací en esta ciudad y viví siempre en ella, al igual que toda mi familia, además sé que no hay mucha gente que trabaje sobre esta problemática por la zona sur, le explicó a La Ciudad la responsable del lugar.
Ante esta necesidad, CGF Sur brinda atención especializada de primer nivel, a valores mucho más accesibles que en la Ciudad de Buenos Aires, por lo que la gente de zona sur, de Avellaneda a Florencio Varela, se vuelca por esta nueva iniciativa.
Consultada sobre la actividad de CGF Sur, la Dra. Gutiérrez de Valle comentó que los principales servicios que se brindan son atención ginecológica y, dentro de la medicina reproductiva, todas las consultas y tratamientos de baja complejidad.
Los de baja complejidad son relaciones sexuales programadas, inducción de la ovulación e inseminación intrauterina. Lo que es de alta complejidad, que sería fertilización in Vitro, los hacemos en un laboratorio especializado de Capital, expresó la Dra. María Fernanda Gutiérrez de Valle.
Aquellos que deseen más información antes de realizar la primera consulta, pueden buscarla en www.cgfsur.com.ar o bien evacuar sus dudas por correo electrónico a mfgutierrezdevalle@cgfsur.com.ar.
Consulta y atención
En caso de no haber antecedentes que pudieran afectar la fertilidad, lo aconsejable es hacer la consulta después de un año de buscar el embarazo.
Según explicó la propia Dra. Gutiérrez de Valle, la tasa de embarazo por ciclo de ovulación es bastante baja, por lo que se supone que después del año casi 90% de las parejas que no tienen problemas de fertilidad, lo logran.
La consulta siempre empieza por una charla para conocer los antecedentes y las patologías previas. Luego, se hacen estudios básicos de fertilidad y, a partir de allí, se trabaja sobre los resultados.
En general los estudios básicos se hacen en dos o tres ciclos de la mujer, después cada tratamiento tiene su tiempo y depende de la tasa de resultado -aseguró la doctora- si no hay ningún tratamiento posible o no resulta, se propone reproducción asistida, pero sería el último recurso si no se puede solucionar el problema de base.
Uno de los puntos más complicados es el paso del tiempo en la mujer, la cual por razones personales, laborales o económicas va postergando su maternidad.
Por eso hay que sembrar conciencia en las mujeres de que tenemos una vida fértil que es máxima entre los 18 y los 25 años, y que después empieza a bajar hasta llegar a la menopausia. Es importante que las mujeres sepan que la consulta tendría que ser lo más rápido posible, no esperar hasta los cuarenta años, recomendó la Dra. Gutiérrez de Valle.
Desde hace pocos años, en la Argentina, hay una técnica para la congelación de óvulos que se llama vitrificación y sirve para aquellas mujeres que deciden postergar la maternidad -añadió- igual también tiene su cuestión ética de hasta cuándo se pueden usar, pero ya es otro debate.
Falta de Legislación
La infertilidad es un tema que va en aumento, ya sea por la ya citada postergación de la maternidad, como por las cuestiones ambientales y laborales. Sin embargo, a algunas parejas se les dificulta el acceso a los tratamientos porque las obras sociales y las prepagas no lo contemplan dentro de las enfermedades, porque no hay una legislación al respecto.
En algún momento van a tener que aceptarla como enfermedad, por presión de la gente y por los fundamentos médicos, puntualizó la Dra. María Fernanda Gutiérrez de Valle.
Si bien hay un proyecto de ley presentado en 2008 en Diputados donde se dan los fundamentos para que la infertilidad sea considerada una enfermedad y contemplada por las obras sociales y prepagas, ésta no se ha tratado por la existencia de presiones políticas, religiosas y económicas.
Hay cuestiones éticas que tampoco están resueltas en otros países, pero hay normas y reglamentaciones para que uno se pueda guiar, esté de acuerdo o no, de una manera u otra, remarcó la Dra. Gutiérrez de Valle.