Cerveza artesanal: un mundo que vale la pena descubrir

La cerveza es una bebida que invita a compartir. Por estas latitudes, se la considera una compañía ideal de las buenas pizzas, aunque se sabe -pero pocas veces se comprueba- que posee una gran capacidad para maridar con distintos platos, quizá tan amplia como el vino.

Lo cierto es que nos cuesta salir de las típicas cervezas rubias y lo más audaz es variar de vez en cuando con una cerveza negra. Ya sea por gusto o por fidelidad a una determinada marca, nuestro paladar está acostumbrado a la gama de sabores y estilos relativamente similares de las cervezas industriales.

En ese contexto, las cervezas artesanales surgen como opciones novedosas, a la hora de descubrir nuevos horizontes. Pero, ¿sabemos cómo apreciarlas en toda su dimensión?

Para encontrar una respuesta a tal interrogante, La Ciudad dialogó Martín Boan, un experto en elaboración, control de calidad y evaluación de cervezas.

“Nosotros empezamos hace 5 años fabricando y vendiendo materias primas –maltas- para microcervecerías. Ese fue nuestro primer emprendimiento y hoy somos los únicos fabricantes de maltas especiales de Sudamérica. Obviamente es un nicho, porque las maltas son un componente clave en la fabricación de cerveza, junto con el lúpulo, el agua y la levadura” contó Boan, quien es Ingeniero Químico, con una vasta experiencia en el mundo de la cerveza.

Centro de cata
Junto a su esposa Carolina Pérez, han creado un centro de cata que tiene por finalidad la expansión del conocimiento de cervezas de estilos a toda la comunidad y formar un centro de expertos en cerveza reconocidos internacionalmente. Martín reconoció que el centro surgió “por idea de Carolina, a partir de su conocimiento y sus enseñanzas de cómo es una cata de cerveza, y cuáles son los méritos y atributos apreciables en la bebida”.

Martín atribuye a una “casualidad de la vida” que su esposa también sea ingeniera química y que se hayan conocido trabajando en la cervecería y maltería Quilmes. “Ella trabajaba en laboratorio y estaba a cargo del panel de degustación. Y yo trabajaba en producción, en la elaboración de cerveza. Y tuve la oportunidad de trabajar desde los campos de cebada y lúpulo en el sur de Argentina hasta la botella terminada, pasando por todas las etapas de proceso”.

Su experiencia en los cargos de Jefe de Elaboración y Jefe de Aseguramiento de Calidad en la principal cervecería de la Argentina, además de sus maestrías en Negocios y Tecnología Cervecera, ubican a Martín Boan en un lugar de privilegio, a la hora de brindar asesoramiento sobre la materia.

“Estamos muy bien entrenados para poder determinar por qué una cerveza es así, y en qué se podría mejorar. Es un nivel de conocimiento muy rico, muy amplio y muy específico a la vez, que nos permite estar montando nuestra propia planta de producción piloto, y si Dios quiere para el verano de 2011, va a estar funcionando”, aseguró el experimentado joven de 37 años.

Boan comentó que el centro de cata que administra “se dedica a consultoría de microcervecerías; a capacitación de microcervecerías y homebrewers (productores caseros) tanto en Argentina como en el exterior; a todo lo que es asesoramiento y a la enseñanza de los estilos de cerveza para microcervecerías, cerveceros o público en general”.

Tanto él como su esposa Carolina son “dos amantes del mundo de la cerveza, muy emprendedores, autodidactas y profesionales”. “Vivimos de esto y queremos seguir viviendo de esto. Y queremos llevar a la Argentina y a los países de la región, a ocupar un lugar en el mundo cervecero, cosa que solamente se va a lograr con calidad”, sostuvo el profesional.

Por más que él no se presente como tal, sus conocimientos lo convierten en un verdadero gurú en materia de cervezas y sus pronósticos auguran un gran crecimiento de la producción de cervezas artesanales en nuestro país.

“La cerveza tirada en Argentina, en este nicho, va a tener un crecimiento exponencial. Actualmente están proliferando muchos emprendimientos y hay muchas plazas en el interior que son muy interesantes. Aunque todavía el mercado tiene que trabajar muy fuerte, en dos aspectos: uno es enseñarle al consumidor. Sino el consumidor no puede llegar a apreciar el producto y lo rechaza. El otro es mejorar la calidad. Hoy, hay un segmento de microcervecerías que -estoy convencido- van a desaparecer del mercado. ¿Por qué? Porque no están abiertas a escuchar, no quieren capacitarse, no están abiertas a participar en competencias. Tienen una paradoja en el negocio. Hoy venden tan bien y tan fácilmente que dicen para qué voy a mejorar si así me va bien. Sobre todo aquellas microcervecerías que están en lugares de paso o turísticos”, remarcó enérgico.

“Y por otro lado hay un grupo de microcervecerías que están haciendo muy bien las cosas, y les veo un gran futuro. Incluso invertiría en ellas. Están empezando a aparecer cervezas de muy buena calidad en nuestro país. Incluso hay algunas que están siendo reconocidas internacionalmente”, amplió.

Lo que viene
“Actualmente estamos desarrollando y tenemos pensado lanzar este año –ya tenemos la plataforma- un curso de estilos a distancia, vía internet. Con el fin de que cualquier persona de la región de Argentina o de cualquier país del exterior, en principio de habla hispana, pueda hacer este curso que consta de 8 clases con asistencia remota. Posiblemente el año que viene lo extendamos a Brasil”, contó Martín.

“Para el año que viene –prosiguió Boan- estamos muy enfocados en la organización del mundial de microcervecerías. Contamos con el apoyo de las principales microcervecerías del exterior y nacionales y aún no hemos ido a hablar con las cervezas industriales. Pero semana tras semana, se va sumando gente. Pensamos hacer un evento en el mes de marzo que va a ser revolucionario. Y podría ser en Avellaneda. Hay que hablarlo, plantearlo y ver si contamos con el apoyo necesario. Lo que se busca además es involucrar al público en general, porque lo interesante es que el que ingresa a este mundo, no sale”, sonríe desafiante.

La idea de Martín, con esta Copa Cervecera, es ayudar desde el punto de vista local a una mayor difusión o un mayor conocimiento, y premiar a las buenas cervezas. “Poder otorgarles medallas de oro, plata o bronce a las buenas cervezas, para que aquel que las tenga, que por lo menos siga manteniendo su calidad. Ya el hecho de tener que presentarse a un concurso, obliga mucho a los productores a cuidarse en su elaboración”.

Otra de las ventajas de esta copa, para aquellos que participan y no ganan nada, es que “se llevan un informe confidencial lacrado, con lo que los jurados opinaron de su cata. Esa evaluación privada es un informe muy rico para saber lo que opinan otros cerveceros de su cerveza. Entonces será un feedback más que interesante”, concluyó.

Para más información visite http://centrodecatadecerveza.com/ y www.ba-malt.com.ar.

El arte de saber apreciar una cerveza
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