El comisario Marcelo Peña, jefe de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) San Isidro, informó que Alan está imputado del “homicidio agravado por el uso de arma de fuego de Mario Sansi” y por el que mañana será indagado por el fiscal Patricio Ferrari, a cargo de esa causa.

El fiscal fue esta tarde hasta el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 15 porteño, ubicado en Lavalle 1171, donde Alan declaraba desde las 14.45 por el crimen de Acro, con la orden de detención librada por el juez de Garantías de San Isidro Ricardo Costa.

Ferrari entró a la sala de audiencias en la que Alan mostraba en un pizarrón una línea de tiempo con cada uno de los partidos de River entre febrero y agosto de 2007, y condujo al imputado a una habitación contigua.

Allí también se dirigieron los jueces Javier Anzoátegui, Hugo Decaría y Héctor Grieben, y los abogados defensores Mariano Cúneo Libarona, Juan Martín Cerolini y Sebastián Rodríguez.

Un testigo presencial de lo que sucedió en ese momento dentro de esa habitación contó a Télam que el fiscal le dijo a Schlenker: – Tiene una orden de detención de un juzgado de San Isidro.

-¡¿Qué?!- se sorprendió el acusado, tras lo cual fue esposado.

En tanto, en la sala de audiencias, al advertir lo que ocurría, se originaron incidentes entre William Schlenker y algunos familiares de Acro.

Según otro testigo, el hermano menor de Alan se enojó primero con Romina, la hermana de la víctima.

-¡¿Qué me mirás?!¡¿Me estás gozando?!- le dijo, por lo que Alberto Acro, padre de Romina salió en defensa de ésta.

– A mi hija no le gritás.

En ese momento se originaron gritos y empujones en medio de los cuáles William amenazó a Alberto: “Vas a terminar en una silla de ruedas”.

A raíz de los incidentes, Romina y una de sus abogadas tuvieron que colocar el pizarrón que había usado Alan entre medio de los hombres para que no se tomaran a golpes de puño.

Por su parte, Alan, luego de haber sido notificado de la nueva imputación, pidió seguir con su declaración por el crimen de Acro.

Esta es la segunda vez que el acusado declara en el juicio ya que en marzo expuso su visión de los hechos pero se negó a responder preguntas del tribunal.

“No tengo nada que ver con el crimen de Acro”, dijo esta tarde al iniciar su indagatoria y aseguró: “Cuando volví de Alemania (tras presenciar el mundial 2006) me quería bajar del paravalancha para cumplir mi sueño, que era ser dirigente de River”.

Por otro lado, al concluir la declaración, Alan será alojado en la sede de la División Antisecuestros de la Policía Federal donde se realizarán los trámites para que mañana lo trasladen a San Isidro para que su indagatoria ante el fiscal Ferrari.

De acuerdo a la imputación, Sansi (21) era un supuesto vendedor de drogas que fue asesinado a balazos el 11 de mayo de 2001, en la villa Borges de Munro, partido de Vicente López.

Fuentes de la investigación explicaron a Télam que dos días antes del crimen, William había resultado herido de bala y por ese hecho denunció a Sansi.

A partir de ello es que las pesquisas procuran establecer si ese ataque derivó luego en una venganza de parte de Alan.

Los voceros señalaron que el fiscal Ferrari se hizo cargo de la causa residual hace unos tres meses, cuando se presentó como testigo el padre de Acro y declaró que su hijo le había contado que Alan había matado a un “dealer” en Munro.

El expediente luego se reactivó a partir de la recepción de varias declaraciones, una de ellas de un testigo que presenció el crimen de Sansi y que no había hablado antes por temor supuestamente hacia los hermanos Schlenker.

Mientras que los defensores de Alan sostuvieron esta tarde que al momento del homicidio que ahora se le imputa a Alan, éste se encontraba de viaje por los Estados Unidos.

Actualmente, Alan y William son sometidos a juicio por el homicidio de Acro junto a otros sindicados barras: Ariel “Colo” Luna -acusado como autor material del crimen-, Rubén “Oveja” Pintos, Pablo “Cuca” Girón y Martín “Pluto” Lococo.

El hecho ventilado en el debate ocurrió la noche del 7 de agosto de 2007, en Bauness y Cullen, de Villa Urquiza, cuando Acro salía de un gimnasio junto a su amigo Gastón Matera y fueron atacados a balazos por varios jóvenes que bajaron de un Fiat Uno.