Baúl de libros, hoy: Vasco Pratolini

Escribe: Roberto Díaz

Recuerdo, allá por la década del ´60, cuando leíamos a este escritor italiano, que venía a ser el reflejo de ese célebre Neorrealismo que veíamos en las películas de Roberto Rosellini, de Francesco Rossi o de Victorio de Sica.

Ese denominado neorrealismo que trajo, al cine, un aire distinto, de super realidad, de descripción de ambientes tristes, sombríos; y de un sentimentalismo que nos hacía consustanciarnos con los personajes, siempre sufridos, siempre pobres, siempre anhelando mundos mejores.

Es importante que la juventud tenga estos parámetros que, si bien eran ingenuos y, a veces, plenos de utopía, marcaban un camino, señalaban que los años por venir podían ser superadores y allí estaba el cine italiano para ofrecernos su magia popular, su existencia de post-guerra.

A estas consignas obedece la narrativa de Vasco Pratolini, un escritor nacido en Florencia el 19 de octubre de 1913. En todas sus novelas, hay aspectos autobiográficos de su infancia en los barrios humildes de la ciudad de los Médici y un especial cariño por sus criaturas, siempre nacidas bajo ese ambiente de la pobreza y siempre anhelantes por evolucionar hacia una vida que fuera mejor.

Fue fundador de la revista “Campo di Marte” junto al escritor Alfonso Gatto.

Incidió muchísimo en su obra el escritor Elio Vitorini y su realismo expresivo fue influido por esa camada de talentosos guionistas y de narradores, como Alberto Moravia, que supieron imprimir la impronta de la post-guerra.

En la década del ´30, Pratolini estuvo internado dos veces, muy enfermo. Esa internación le sirvió para sus lecturas y para ir diseñando lo que sería, luego, su obra literaria, que comenzó en 1941 con el “Tapetto Verde” (“El mantel verde”) y “Fuera de las tiendas” del mismo año.

De allí en más, Pratolini escribió y editó casi todos los años hasta su último libro, en 1985, denominado “El manojo de Natascia”.

Nos devorábamos los libros de este escritor italiano, que describía con tanta naturalidad, los ambientes proletarios. Pratolini había pertenecido a la resistencia italiana, le había hecho la guerra a Mussolini y su condición de escritor de izquierda, le daba un halo de leyenda en aquellas generaciones intelectuales de los ´60.

Su gran libro fue “Crónica de los pobres amantes” (1947), al que hay que agregarle “Un héroe de nuestro tiempo” (1947), una crónica formidable de la Post-Guerra y “Metello” (1955) otro de sus grandes títulos.

En esos textos, podemos admirar lo que hacía Pratolini, con su lenguaje simple y directo, con sus escenas donde, siempre, estaba la lucha de los humildes, con sus huelgas legendarias.

Pratolini representaba, para aquellos años, el escritor de la izquierda, que venía a luchar contra las injusticias, contra el fascismo y contra los grandes intereses materiales. El, junto a los norteamericanos Howard Fast y Albert Mann, junto al brasileño Jorge Amado o el peruano Ciro Alegría, representaban aquellos escritores que daban testimonio no sólo en argumentos de ficción sino, también, en recreaciones de tiempos históricos, como hacía Fast con su célebre “Espartaco”, “La pasión de Sacco y Vanzetti” o “La última frontera” (donde describía la lucha del indio norteamericano por vivir en mejores ambientes). También Amado nos conmovía con “Jubiabá”, con “Cacao”, con aquella trilogía donde contaba la epopeya de Carlos Prestes.

“El mundo es ancho y ajeno” de Alegría o “Huasipungo” de Jorge Icaza, nos llevaba al mundo latinoamericano, a la explotación feudal del aborigen. Eran historias fuertes, crueles, sombrías, sentimentales, parecidas a las que escribía, desde el otro lado del océano, Vasco Pratolini, con la diferencia que en las novelas del italiano había rebeldía organizada, sindicatos hechos y derechos, intereses que se defendían a través de la lucha de clases y obreros lúcidos, que sabían lo que querían.

Otros títulos de Vasco Pratolini: “El barrio” (1944), “Las muchachas de San Frediano” (1949), “El domingo de la gente pobre” (1952),“Largo viaje de navidad” (1954), entre otros. Falleció este escritor, en Roma, en 1991.

robertodiaz@uol.com.ar

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