Bar Sarandí, un ícono que se desvanece

Carta Romina D´Agostino.

El Bar Sarandí, no sólo es un comercio destacado por su antigüedad e historia, sino que representa un lugar mítico para muchos vecinos de Sarandí que han pasado parte de su vida entre  esas paredes.

«Tráigame  un vermouth con papitas», un pebete de crudo y queso o su tradicional tortuga en pan árabe, eran las frases que se escuchaban a diario en el lugar. 

Situado en un lugar de privilegio (Av. Mitre esq. Cucha Cucha), junto a otro ícono barrial como la Pizzería «Los 3 Ases»,   hacen de esa cuadra el casco histórico de Sarandí.

El viernes 2 de agosto, Sarandí amaneció triste. Le habían arrancado al  barrio un poco de su vida. Sin razón alguna, las ventanas y puertas del «Barsa» se encontraban tapiadas, tampoco había algún cartel informativo que pueda ponerle nombre al sentimiento de muchos vecinos que, apenados, presenciaban lo acontecido.

Esa tarde se escuchaban dos versiones: los optimistas que ponían su foco en la restauración del mismo; mientras que los realistas permanecían mirando el concreto con los ojos vidriosos, casi mojados.  

Al día de la fecha, nadie sabe darles una respuesta a los vecinos que miran acongojados años de sus vidas vedados sin una sencilla razón. 

¿Deberíamos, como residentes, exigir encadenados que no nos roben años de nuestra propia historia? O sencillamente, esperar a que esta histórica esquina tenga un cartel de emprendimientos inmobiliarios. Nos conformaría decir: «mi hija compró en la esquina donde estaba el Bar Sarandí».

Unión, defensa y compromiso deberían surgir de nuestro interior al ver que un pedacito ínfimo de patrimonio se está desvaneciendo ante nuestros ojos. 

Romina D´Agostino
rominadagostino@gmail.com

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