Supersopa es un programa histórico de la Universidad Nacional de Quilmes que nació en 2002 y consiste en la elaboración de una sopa concentrada de alta calidad y bajo costo. En la actualidad, la planta también realiza guisos y locros compuestos por hortalizas, carne, arroz y arvejas en proporciones adecuadas, sin conservantes ni aditivos. Los destinatarios de este alimento suelen ser son comedores comunitarios y escolares de distintas partes del país, junto a puntos internacionales como África o zonas de conflicto.
“Ante una situación de emergencia como la que se está dando en Bahía Blanca, nos parecía fundamental poder donar Supersopa. Este producto no solo forma parte de un proyecto coyuntural o estratégico, sino que se trata de formar ingenieros e ingenieras en alimentos que entiendan la importancia de su trabajo y de su profesión, en virtud del contexto social en que se inscribe”, señala Alfonso. Además de docentes y no docentes –como refiere el rector–, en el desarrollo de los productos se encuentran estudiantes de distintas carreras como Ingeniería en Alimentos, Química y Biotecnología, que realizan allí sus prácticas profesionales.
En este sentido, la directora de la planta donde se elabora la Supersopa, Anahí Cuellas, reflexiona en conversación con la Agencia sobre el valor de la universidad pública y su rol en el territorio. “La importancia de este programa hoy en día se ve reflejado en la necesidad de tener universidades nacionales que sean capaces de producir respuestas a los lugares en los que habitan. En este caso, tiene que ver con un alimento equilibrado nutricionalmente y que además es fácil de manipular. Es un claro ejemplo de lo importante que es generar conocimiento de calidad y que además está arraigado en el territorio”.
Súper solución
La Supersopa es un alimento que se almacena en latas de cuatro litros, de donde pueden obtenerse hasta 50 porciones. Los envases se encuentran en condiciones de esterilidad comercial, por lo que los microorganismos no afectan al alimento ni al consumidor final. De esta forma, la sopa se puede conservar hasta por un período de dos años. Su elaboración es sobre la base de hortalizas, carne vacuna como fuente de proteínas, aporte calórico en la forma de materias grasas y una base amilácea como el arroz.