Avellanedense premiada en Ecuador por un proyecto de iluminación a bajo costo

El proyecto “Acceso a iluminación segura” elaborado por la organización Litro de Luz Argentina y del que forma parte la avellanedense Gisela Domancich, fue premiado en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil.

Se trata de una iniciativa para dotar de energía a los hogares, a bajo costo, con un pequeño panel solar y una batería, idea que recibió uno de los galardones principales de los “Premios Latinoamérica Verde”.

Cabe destacar que de esta iniciativa participan los mejores 500 proyectos de la región en diez rubros, luego se conforman ternas para, finalmente, elegir a los ganadores. En el caso de Litro de Luz Argentina, se impuso en la categoría “Ciudades Sostenibles”.

Consultada sobre el grupo que propuso esta iniciativa, Domancich comentó que “somos varias personas que ya trabajábamos en distintas áreas, siempre con el objetivo de ayudar a la comunidad, algunos eran albañiles y hacían arreglos, otro chico que es ingeniero hacía la parte de electricidad y diseño de filtros de agua y yo, que soy enfermera, me ocupaba de la parte de sanidad”.

En un momento, decidieron aunar todos estos esfuerzos personales y “hacer algo todos juntos”, pero cuando iban a golpear puertas en busca de apoyo, no tuvieron buenos resultados.

En esa búsqueda, consiguieron el apoyo de una organización mundial nacida en Filipinas, llamada “Litro de Luz”, cuyo creador se mostró interesado por los multidisciplinario de sus integrantes y les permitió utilizar su denominación a la que le agregaron “Argentina”.

En cuanto al proyecto premiado, se trata de la posibilidad de brindar iluminación con energía solar, accesible y sostenible a personas que no tienen acceso a lo que es la red eléctrica.

“Se trata de un panel solar, de los más económicos, lámparas de 12 voltios o una tira led, que van dentro de una botella con aerosol – que funciona como difusor – e ilumina una casa o la vía pública”, destacó Domancich, quien remarcó que esa parte técnica del proyecto está a cargo de Lucas Herrero.

“El panel solar, del tamaño de una tablet aproximadamente, se carga con una batería de moto, porque es la energía menos peligrosa”, agregó.

Según explicó, es algo simple de armar y seguro en su funcionamiento, porque la idea es que hasta los chicos lo puedan hacer. Y sobre los costos, detalló que es muy económico porque el objetivo también es que, si se rompe algo, lo puedan conseguir en su propio barrio o comunidad.

“Con cincuenta dólares iluminamos una casa entera, la batería dura tres años y las lámparas entre un año y medio y dos -añadió- es económico, accesible y amigable con el ambiente”.

Además, de esta manera se evitaría el peligro de las conexiones clandestinas de la iluminación con brasero que podría provocar intoxicaciones.

“Litro de Luz Argentina” llega a las comunidades con un proyecto más integral, ya que mientras los técnicos se dedican a enseñar este sistema, Domancich da charlas informativas sobre educación, RCP y primeros auxilios. “Además, entrego unos jabones de glicerina vegetal que hago yo misma, que son hipoalergénicos y adentro tienen un juguete”, expresó Domancich, al remarcar que “como son transparentes, los chicos juegan con la luz, ven lo que está adentro y los incentivamos a lavarse las manos para llegar a ese juguete”.

“Queremos crear una ciudad sostenible, no solo en los servicios básicos, sino también salud, porque es algo que ya lo habló la ONU con la OMS en 1978, donde se dieron cuenta la necesidad urgente de generar salud para todos en el año 2000. Estamos 20 años atrasados con algo tan simple como aprender a lavarse las manos”, sentenció Domancich.

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