Avellaneda-Lanús concluye el Año de la Fe con tres nuevos sacerdotes

El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, convocó a la comunidad diocesana a celebrar la clausura del Año de la Fe, que se realizará el sábado 23 de noviembre en la Plaza Alsina, frente a la catedral de Nuestra Señora de la Asunción. La jornada se iniciará a las 15 con un festival juvenil, y a las 18, comenzará la concelebración eucarística de clausura del Año de la Fe durante la cual los diáconos Juan Carlos Molina, Ricardo Nariccio y Federico Nadalich serán ordenados sacerdotes.

El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, convocó a la comunidad diocesana a celebrar la clausura del Año de la Fe, que se realizará el sábado 23 de noviembre en la Plaza Alsina, frente a la catedral de Nuestra Señora de la Asunción.

La jornada se iniciará a las 15 con un festival juvenil, y a las 18, comenzará la concelebración eucarística de clausura del Año de la Fe, durante la cual los diáconos Juan Carlos Molina, Ricardo Nariccio y Federico Nadalich serán ordenados sacerdotes.

En una carta pastoral, monseñor Frassia animó a preparar el cierre del Año de la Fe proponiendo un mayor compromiso con Dios, más unión entre los fieles y más armonía en la vivencia de la fe. «Que los frutos de este Año de la Fe sean para nosotros un encuentro vivo con Jesucristo, que nos lleve a la conversión personal y pastoral, y nos haga concretar con alegría y entusiasmo la fuerza de la misión”, deseó.

Respecto de las ordenaciones, el prelado manifestó: “Suponen un don y unas tareas. Un don, porque tres sacerdotes, en tiempos que no abundan las vocaciones, es un signo de amor providencial de Dios por su pueblo, y debemos agradecer esta bendición; unas tareas: el compromiso de vivir más profundamente la fe y agradecer a Dios su amor manifestado en los sacramentos, que son administrados por los sacerdotes, y la responsabilidad de cuidar y acompañar también el ministerio sacerdotal”.

“No desaprovechemos la ocasión de vivir y celebrar juntos la fe –agregó-. Que María, Nuestra Señora de la Asunción y santa Teresa de Jesús nos ayuden a imbuirnos cada vez más del amor de Cristo para que nuestra vida siga mostrando cada día que solo la gracia de Cristo transforma y nos posibilita vivir y crecer en el amor, como personas y como comunidad”.

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