Asociación Deportiva San Martín de Wilde: una historia de ejemplo y emoción

La historia de esta institución comenzó en 2008.

Valores, respeto y compromiso. Eso es lo primordial para Daniel Enrique Ponce (53 años) y, por ende, para la “Asociación Deportiva San Martín de Wilde”, club al cual preside desde hace nueve años.

Y un ejemplo clarísimo es que sus ojos se llenaron de lágrimas y la voz se le entrecortó cuando contó la historia de uno de sus dirigidos: “Este chico quedó libre de Racing a los 18 años y, sin rumbo, recayó en nuestro equipo. Y ahora, su frase de cabecera es: “El Santo (como le dicen a San Martín) me salvó la vida”.
Como este caso, aseguró que hay cientos de ejemplos dentro de los tres equipos que componen al club wildense.

No obstante, ya en el nacimiento del “El Santo” se observaba cuáles iban a ser sus “ingredientes” para la vida personal y deportiva, que demostrarían el profesionalismo que iban a tener como estandarte para ser parte del mismo.

Resulta que la fascinante y ejemplar historia comienza así: en 2008, los hijos de Daniel tenían 12 años y jugaban al “papi fútbol” en un club del barrio pero -como le sucede a la mayoría de los chicos de esa edad- ya eran grandes para esa competencia y quedaron sin su querido club para seguir jugando: “Veía que era una problemática que le pasaba a la mayoría de los pibes que llegan a esa edad; los clubes barriales no se preocupan por buscarles o ayudarlos en un nuevo camino o tratar de encaminarlos y apoyarlos en lo que necesitan o sueñan”, señaló el vecino histórico de Wilde.

Entonces, desde ese momento, se propuso formar un equipo de “Fútbol 11” para competir en alguna liga. ¿Cómo lo hizo? Llevaba en varias oportunidades a sus hijos y amiguitos a entrenar y jugar en el Parque Domínico y así, con sacrificio y mucho profesionalismo consiguió su anhelado plantel.

“Aparte del Parque, alquilábamos otro lugar para entrenar y cuando ya nos vimos lo más aceitados y profesionales posibles, nos anotamos en una liga de Berazategui”, informó. El bautismo fue muy duro, ya que en esas ligas “se juega muy fuerte” y hay jugadores mucha más grandes que sus jugadores de ese momento, pero quedaron muy conformes con el papel obtenido y, todo lo que aprendieron durante la competencia, les dio fuerzas para ir por más.

Por consiguiente, continuaron entrenando durísimo y con más jugadores y “maduración deportiva”, en 2010 se sumaron a la “Liga Sudeste Quilmeña”. “La verdad que desde un primer momento rendimos muy bien y demostramos que siendo un equipo amateur, éramos lo más serio posible”, señaló el presidente y DT.
No obstante, durante esos años, al novato equipo “no paraban de caerles pibes para sumarse al plantel”, entonces, en 2013, fundaron legalmente a “El Santo”. “Mis ayudantes y yo observábamos que ya habíamos crecido mucho y que la cosa se ponía muy seria y profesional, entonces tramitamos la personería jurídica y el 7 de diciembre nació oficialmente “La Asociación Deportiva San Martín de Wilde”, contó Ponce. Luego, entusiasmado por el relato y la emoción de los recuerdos que le fueron a la mente, agregó: “Fue una alegría inmensa lo que logramos luego de años de lucha para crear este sueño. Somos un grupo de personas que aman y disfrutan el fútbol y buscábamos un espacio de contención y ocio deportivo para todos aquellos niños y adolescentes que hoy no pueden disfrutar de este deporte en otro lugar”.

Mientras tanto, el crecimiento no frenaba en San Martín: en ese tiempo, además del equipo que ya participaba en Quilmes, se formó dos nuevos planteles completos que se sumaron a la “Liga Universitaria”, organizada por la UTN Avellaneda. Sí, el sueño de Daniel -un “loco” contador y fana de Racing Club- (del cual también siempre estuvieron incluidos sus hijos Nicolás y Diego) había llegado a tener nada menos que tres equipos de “Fútbol 11” para disputar en diferentes ligas: “Hoy lo pienso y no lo puedo creer. Me emociona mucho, pero especialmente por los chicos, a los cuales hay que darle un lugar de contención e integración, sumándole el sitio para hacer lo que más le apasiona, que es jugar al fútbol”.

Y las buenas noticias y éxitos siguieron cayendo en San Martín. Primero fue que en 2015 salieron campeones invictos de la dura “Liga Sudeste Quilmeña” (con una brillante efectividad del 87,5%) y, en Mayo de este año, el club wildense firmó un importante convenio con la Facultad Regional Avellaneda de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), que consistió en que la Asociación se hiciera cargo de la instalación de la nueva iluminaria (12 reflectores LED) de la cancha central del Polideportivo de la Facultad, lo cual no sólo generó un gran beneficio a la comunidad universitaria, sino que el Club San Martín pudo empezar a utilizar la hermosa cancha, dos veces por semana, para sus entrenamientos. “Al no tener un campo de juego propio, poder haber logrado un espacio de referencia para entrenar fue importantísimo”, señaló el presidente.

Simplemente (e increíblemente), así fue como un “soñador futbolero” invitó a unos pocos chicos de 13 y 14 años, a un parque a patear una pelota y, en especial, a enseñarles “respeto y compromiso” ya sea para el deporte como la vida; y resulta que ahora más de 60 jugadores (promedio de 23 años) todos los fines de semana se colocan la camiseta del “El Santo” para distenderse y hacer lo que más le gusta: jugar a la pelota, pero ahí, fundamentalmente, lo hacen con el corazón.

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