Aseguran que el mate podría ayudar a prevenir el Parkinson

Una investigación demuestra que la yerba favorece la supervivencia y el crecimiento de una serie de neuronas relacionadas a la locomoción, que suelen ser las primeras afectadas por la enfermedad.

Una investigación del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)suma una nueva justificación para hacer del mate la infusión preferida de los argentinos.

Es que de una de sus investigaciones se desprende que la yerba (Ilex paraguariensis) favorece la supervivencia y el crecimiento de neuronas dopaminérgicas, aquellas relacionadas al control de la locomoción y las primeras en ser afectadas por el Parkinson.

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El trabajo dirigido por Juan Ferrairo (FCEN, UBA) fue publicado días atrás en la revista especializada Movement Disorders y se suma al de la neurólogra Emilia Gatto, quien en 2015 demostró la existencia de un vínculo estadístico inverso entre el consumo de mate y el desarrollo de la enfermedad.

“Testeamos el efecto de administrar un extracto de yerba mate sobre dicho modelo de neuronas dopaminérgicas en cultivo y vimos que el mate tiene un efecto neuroprotector poderoso que enlentece el momento su muerte”, explicó el especialista.

Una vez caracterizado el extracto de yerba mate desarrollado por el equipo a cargo de la investigadora Sandra Guerrero (CONICET-UBA) y establecidos los efectos sobre las neuronas dopaminérgicas, los científicos decidieron tratarlas con algunos de sus componentes por separado.

“Pudimos establecer que dos de los compuestos principales -la teobromina y el ácido clorogénico- individualmente también actuaban como neuroprotectores, aunque en ambos casos su efecto protector fue ligeramente más bajo que el del extracto de YM en su conjunto”, concluyeron.

“Sin embargo –agregaron– en sendos casos, la neuroprotección fue más potente que la brindada por otros compuestos neuroprotectores ya conocidos como la cafeína, la nicotina y el antioxidante Trolox”.

Participaron de lainvestigación Alejandra Bernardi, Pedro Ballestero, Marcela Schenk, Mariana Ferrario, Gimena Gómez, Roy Rivero, Elena Avale, Irene Taravini, Oscar Gershanik, Sandra Guerrero y Juan Ferrario.

La mayor parte del trabajo se desarrolló en le Laboratorio de Parkinson Experimental del ININFA, con un subsidio del Instituto Nacional de la Yerba Mate.

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