Arte y ciencia: una muestra que invita a explorar el mundo de la biología
La científica argentina Ayelén Valko ilustra las distintas etapas de la “autofagia”, un proceso biológico en el que las células se alimentan de sí mismas para sobrevivir.
Cuando se enfrentan a situaciones estresantes, las células eucariotas –como las que tienen los seres humanos– inician la “autofagia”, un proceso biológico de autodegradación en el que se alimentan de sí mismas para enfrentar la falta de energía y nutrientes y, así, sobrevivir. Se trata de un mecanismo autorregulador y natural. Sin embargo, si la situación de estrés (por ejemplo, el ayuno) se prolonga por mucho tiempo puede significar un problema puesto que las células se autoconsumen y mueren. “En el caso del cuerpo humano, lo primero que se degrada es el tejido adiposo que es nuestra reserva de energía, así es como vemos a gente que hace ayuno por varios días y baja de peso”, explica la científica argentina Ayelén Valko a la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ, y continúa: “Luego, comienzan a degradarse cosas que uno necesita, como los músculos, y el organismo muere. Ahora, si el ayuno se corta y la persona empieza a comer, las células vuelven a sanar”.
La bióloga de la UBA y doctora del Instituto Leloir es una de las investigadoras de la autofagia. Pero, su interés no se restringe solo al ámbito académico, sino que se extiende hasta el artístico: retrata en el lienzo todo aquello que ve en el microscopio. “Las células son una fuente de inspiración que en el mundo del arte no se tiene en cuenta”, cuenta Valko.
Su amor por el arte no nació ahora, de hecho, para Valko el arte y la ciencia siempre fueron igual de importantes. Dibuja y pinta desde pequeña. Más tarde, tomó cursos en la Universidad Nacional de las Artes (UNA) y se especializó en ilustración científica y naturalista en el Laboratorio de Ilustración Científica y Arte Naturalista (LICyAN) “Ernst Haeckel”, en el Centro de Ilustración Científica “Adumbratio” y en la organización “Aves Argentinas”.
En la actualidad, Valko se unió con su colega científica y artista italiana Dorotea Fracchiolla, quien también investiga el proceso de la autofagia. Juntas, lanzaron su primera exhibición dedicada al arte científico: “Paisajes autofágicos: sobre la paradoja de la supervivencia a través de la autodegradación” en la galería de arte del Centro de Complejidad de Ciencia de Viena.
Valko detalla: “La muestra propone un viaje visual desde un nivel macroscópico de organización, como organismos enteros, pasando por órganos y tejidos, hacia el interior de una célula”. Así se pueden ver retratos que representan las larvas, las diferentes etapas de la autofagia, o pinturas que muestran la vida laboral de los científicos en la pandemia cuando no podían asistir a los laboratorios.
La exhibición durará hasta el 11 de mayo y puede verse de manera online haciendo click aquí.
Entre la creatividad y la rigurosidad
A simple vista se podría pensar que el arte y la ciencia no son compatibles: el primero permite que las libertades y la creatividad se exploten al máximo y el segundo mantiene su rigurosidad. Pero nada es más lejano a la realidad y así lo explica Valko: “Lo que nosotras hacemos no es copiar fotografía. Mantenemos la rigurosidad científica en el sentido de que hay ciertas estructuras que tienen que ser reconocibles, por ejemplo, si dibujás una cara, tenés que hacerle los ojos y la boca. Acá es igual, hay formas que deben ser retratadas con determinadas características. Pero, nos tomamos libertades artísticas para embellecer y enfatizar el mensaje que queremos dar”. Por ejemplo, las artistas utilizan colores llamativos al pintar las células, “pero eso no existe en las muestras biológicas”.
Además, la recepción del público es variada según sus conocimientos. “Aquellas personas que frecuentemente utilizan microscopios, por ejemplo, identifican las estructuras. Mientras que, el público más ajeno a esto ve cosas más abstractas”, relata Valko. De todas maneras, cada obra cuenta con un código QR que permite el acceso a la descripción de la misma.
“El objetivo principal de esta muestra y del arte científico es que lo que vemos en el microscopio no quede solo en la comunidad científica, sino que la sociedad pueda verlo también y amigarse con la ciencia”, afirma la artista.
Por Luciana Mazzini Puga para la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad de Quilmes.