Arsenal de Sarandí, el mejor de la Argentina

Escribe: Osmar Percudani

Arsenal de Sarandí se consagró Campeón de la Copa Argentina, el campeonato más federal del país, en el que compiten 224 clubes de las siete categorías del fútbol argentino.

Una Copa que todos quieren ganar, que otorga un pase directo a la Copa Libertadores, máximo certamen sudamericano, además de un jugoso premio en dinero en efectivo. Una competencia deportiva en la que los clubes más grandes y poderosos ponen a sus mejores figuras y los más chicos sus mayores esfuerzos, porque representa una oportunidad única para mostrarse y trascender.

Ese campeonato, quizás el más representativo del fútbol nacional, fue el que ganó Arsenal, de manera justa, legítima, contundente, abrumadora e indiscutible.

El gran logro del Arse se suma al del Torneo Clausura y Supercopa 2012 y a los trofeos internacionales Copa Sudamericana 2007 y Copa Suruga Bank 2008.

La nueva coronación de Arsenal es en primer lugar el fruto del trabajo disciplinado, inteligente y solidario de un reducido grupo de jugadores y de un cuerpo técnico de demostradísima capacidad.

Un triunfo que revela, una vez más, que el éxito y la grandeza en el fútbol nace en la dirigencia. En tiempos de empresarios y gestores, Arsenal es uno de los pocos clubes que cuenta todavía con dirigentes de raza. Que lógicamente tienen sus propias actividades particulares, pero que son, antes que nada, dirigentes de un club de fútbol, una especie ya casi en extinción.

Una consagración, la del Arse, que representa mucho más que el triunfo de un pequeño club de barrio, de una familia, de un apellido o de cualquier nombre propio. Sus hinchas lo saben mejor que nadie. Es la victoria de una forma de conducirse en la vida. El triunfo de la humildad, del respeto, del sacrificio, de no bajar los brazos nunca y de ir siempre por la gloria pese a saberse en inferioridad de condiciones, pese a todas las adversidades.

Por último, el triunfo de Arsenal de Sarandí, aunque nadie lo diga, es también el triunfo del mejor dirigente que ha dado la historia del fútbol argentino. El que llevó al país a estar entre las máximas potencias de la industria de la pelota. El que se ganó el respeto y la ponderación de 209 naciones, para estar en el mayor nivel de conducción del fútbol mundial.

El que nos legó un sentimiento por la Selección Nacional que se transformó con los años en la mayor identidad y orgullo de todos los argentinos. El que por décadas mantuvo unido al fútbol argentino, cuando ni siquiera los partidos políticos mayoritarios ni la CGT pudieron mantenerse unidos. El que entregó al fútbol nada menos que su vida y la de su familia. El que llegó a uno de los lugares de poder más codiciados del planeta y siguió viviendo en el mismo barrio de siempre. El que se peleó con la corporación mediática para que la pasión siga siendo nacional y popular. El que recibió miles de ofensas, agravios y operaciones de prensa en su contra, pero jamás tuvo un procesamiento judicial. El que fundó, hace 56 años, junto a un grupo de amigos, el cada vez más glorioso Arsenal de Sarandí.

Salud Campeón!!!

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