Armonía espiritual para tener salud

Escribe la Lic. Andrea Fabiana Varela Seivane

La salud no sólo es que la mente no esté enferma, o que el cuerpo no esté enfermo, sino que la salud es algo más amplio, y está en relación con un estado personal que significa estar en armonía con nosotros mismos y con nuestro universo.

Cuando estamos en armonía, nos sentimos mejor, más felices y más sanos. Es necesario reconocer este estado de armonía para poder sanarnos, ya que gran parte de la sanación consiste en poder armonizarnos con quienes somos, más armonía, más sanos estaremos. La armonización interna es un trabajo, y nos prepara para la sanación. Es necesario moverse en la dirección de la salud, en la dirección de quienes somos, en general es una idea difícil de aceptar, pero cuando la persona empieza a conectarse con su sabiduría interior, se concentra concientemente en la ayuda que hay disponible en todas las direcciones a las que mire.

Es cuestión de poder sintonizar y poder escuchar los mensajes, metafóricamente hablando, y además, se debe ser conciente de que no se puede dar simplemente por hecho el proceso, y si bien es fácil decirlo, es tremendamente difícil hacerlo.

Es necesario estar predispuestos y con la mente abierta, es una decisión que va de la mano con la sanación, es tomar contacto con nosotros mismos, ir hacia adentro, calmarnos, abrirnos a la ayuda y pedirla, así lograremos estimular la creencia de que existe ayuda disponible y tomamos más confianza en nosotros mismos.

El paso consiste en darse cuenta que poseemos un recurso tanto interior como exterior, y desde allí poder crear y desarrollar un punto de vista totalmente nuevo, y en tanto más aceptemos este nuevo punto de vista y lo pongamos en práctica, más vamos a aumentar la posibilidad de comenzar a comprender, y sobre todo nos va a permitir superar la enfermedad.

La enfermedad tiene un valor, y ese valor consiste en que por ejemplo, la enfermedad podría estar mostrándonos que tenemos que modificar nuestros hábitos de trabajo, o que descansemos más, o que nos cuestionemos lo que estamos haciendo. Es decir, nos ayuda a dejar de hacer cosas que son contraproducentes, nos ayuda a armonizar con nosotros mismos. Nos obliga a buscar ayuda.

La enfermedad, física o psíquica, nos puede ayudar a conectar de una manera más profunda, cariñosa y participativa con las personas que nos rodean, en vez de aislarnos a nosotros mismos. Los sentimientos que acompañan a una enfermedad son más fáciles de cambiar que el estado físico, así que si podemos descubrir lo que nos hace sentir mejor, seguramente empezarán ocurrir cambios físicos. En general las personas quieren hacer las cosas de prisa, demasiado pronto y en exceso, por ejemplo trabajar demasiado o hacer demasiado ejercicio, por esto es que es necesario encontrar el equilibrio para poder armonizar nuestro interior, y realizar las cosas a un ritmo cómodo, sin excesos.

Las actitudes y las creencias de las personas con las que convivimos, tienen un gran impacto en lo que hacemos, por ejemplo, en un caso de enfermedad, si la familia cree que la persona enferma se va a morir y que no se puede hacer nada más, el proceso de curación seguramente va a ser extremadamente difícil, si en cambio, las personas creen que la persona enferma podrá volver a estar sana, va ayudar a la capacidad del enfermo para conseguir curarse.

En el sistema chino antiguo, el médico era despedido si alguien se enfermaba, lamentablemente, nuestra sociedad actual es todo lo contrario, uno acude al médico cuando se enferma. La enfermedad es como un sistema negativo de retroalimentación, nos dice que es lo que necesitamos dejar de hacer, y los procesos de sanación, en cambio, son un proceso creativo, se debe ser sensible, poder improvisar, y recurrir a esos conocimientos interiores que cada persona tiene, a medida que se va desarrollando la situación.

Vivimos en un tiempo en el que existen muchas técnicas de sanación, ahora podríamos preguntarnos qué es lo que hay más allá o en el fondo de estas técnicas, que hacen desencadenar realmente el proceso de curación, por ejemplo, las técnicas de yoga han ayudado a muchas personas, es decir, fomentaron un grado de armonía que proporcionó calidad en la sanación. Podemos decir que los procesos de sanación van de la mano con intentar hacer más cosas que proporcionen felicidad, no sólo la felicidad superficial, sino la realización profunda.

La salud, es un estado personal, que consiste en estar en armonía con nosotros mismos y con nuestro mundo, a nuestro alrededor siempre hay ayuda disponible, y si por nuestro propio condicionamiento no somos capaces de verlo, tendremos que relajarnos y dejar que se manifieste ese darse cuenta, que es parte de la esencia de la sanación y parte de la esencia de quienes somos.

Licenciada en Psicología
Andrea Fabiana Varela Seivane
MN 34156
Consultas al 4205-0549 155-143-6241

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