El aprendizaje es un desarrollo en el ser humano que se estructura de manera autónoma y tiene un carácter particular que es biológico, psicológico y social.

Como seres humanos que somos, cada uno de nosotros, nacemos con ciertas posibilidades para desarrollarnos, una es la posibilidad fisiológica que es la que nos permite construir estructuras cognitivas, conocedoras. Así, el aprendizaje al ser la base de la autoeducación, y al ser un proceso dialéctico, permite al hombre en esta construcción que es continua, ir siendo junto con otros hombres en un mundo que es socializado. A partir de poder diferenciarse de su madre, el niño comienza por conocerse a sí mismo, y por tener la cría de la raza humana la incompletud y la indefensión, hace que la función materna sea indispensable para el sostén, evolución y supervivencia del niño.

La función paterna llega más tarde, y es el inicio, el comienzo de la aparición del otro, es lo que permite la entrada a un mundo socializado. Desde la lactancia se va estructurando el esquema corporal, y se parte de la integración de las sensaciones visuales, dolorosas, gustativas, olfativas, etc., que es lo que permite un interjuego permanente entre el mundo exterior y el mundo interior.

El conocimiento del propio cuerpo, es una construcción del sí mismo y en estrecha relación con lo afectivo, que es lo que lo sustenta y lo dinamiza, y le permite también la apertura al mundo socializado.

Tal es la importancia del aprendizaje en el ser humano, que entre otras cosas, es el que le permite al hombre garantizar su supervivencia a partir de la transmisión de lo que fue construido por la humanidad, con una legalidad que lo organiza, y con una legalidad que le posibilita el compartir con los demás.

El ser humano aprende siempre, desde que nace, hasta que muere, el aprendizaje es indispensable para su vida, ya que del ser humano van a depender las adquisiciones permanentes que realice durante su vida, por esto, es que también la autoeducación va a ser permanente. Aprendizaje es, por ejemplo, cuando un organismo encara una situación nueva, y las formas de responder resultan inadecuadas, se requiere de una nueva forma de respuestas.

El aprendizaje es un proceso que desemboca en un nuevo modo de función del organismo, es un reorganizador de la conducta del organismo, y supera funciones anteriores. El aprendizaje, no es solamente el aprendizaje escolar, sino que el aprendizaje son todos los procesos de adaptación, por ejemplo, destrezas, actitudes, valores, intereses, etc.

Aprender es un comportamiento que es inherente al propio ser humano, aprender no solamente es entender, sino que fundamentalmente significa comprender, y comprender no es la incorporación de datos y hechos que ya están constituidos, sino que comprender es redescubrir y reinventar esos datos y hechos a través de la propia experiencia personal, es la posibilidad que tiene el hombre de saber acerca de sí mismo.

El aprendizaje depende de la interacción que el hombre lleva a cabo con los otros, y esta interacción, tiene como consecuencia permanentes reordenamientos y reorganizaciones del comportamiento humano.

El grado de desarrollo cerebral, en especial el aumento de volumen y complejidad del lóbulo frontal, le dio la posibilidad al hombre de llegar a dirigir la voluntad de sus movimientos, e hizo posible un lenguaje simbólico oral y escrito, la creación de una cultura, la transmisión de esa cultura, el desarrollo de actividades religiosas y fundamentalmente la conciencia de su propia existencia. En el proceso de aprendizaje también influyen otros factores muy importantes, los factores nutricionales, los factores afectivos, los factores sociales, y sobre todo la cantidad y la calidad de estimulación que el ser humano reciba desde que nace.

El ser humano es una totalidad, la constitución del hombre es dinámica, es cambiante, es la consecuencia y el resultado del potencial genético que trae consigo, de lo biológico como punto de partida, y de su interacción con otros seres humanos en mundo socializado al que accede a través del lenguaje. La constitución dinámica del ser humano, implica tener en consideración una dialéctica en la que están presentes, lo biológico, lo psicológico y lo social, una visión integral del ser humano que permite describirlo, comprenderlo, y definirlo al hombre como totalidad.

Lic. en Psicología Andrea Fabiana Varela Seivane
MN 34156
Consultas al 4205-0549 155-143-6241