Antepasados

Carta de Marta Aguerre.

En el mes de octubre viajé con mi esposo a Mar del Plata. La primera noche entramos a un restaurante y al abrir la carta nos sorprendimos al encontrar plasmada en la primera carilla la siguiente historia:

«El viento helado marcaba aquellos rostros que observaban el horizonte día y noche, tallando el carácter y forjando el espíritu de aquellos abnegados corsarios. El paso de innumerables barcos frente a las costas del Mar Finnisterre en el tempestuoso Atlántico, cementerio de hombres y naves, contagiaban el espíritu de aventuras a los naturales de aquellas costas…

En el fragor de la batalla todo ocurría al momento, rugido de cañones, humo, ruidos, miradas sobresaltadas y oídos ensordecidos, pero siempre con inquebrantable tesón por el deber, a la espera del inoxidable repicar de los tambores anunciando el Zafarrancho que indicaba el hundimiento de la nave enemiga, su rendición… La esperada victoria.

El mar fue así testigo del paso de sufridos marineros que se aferraban al timón, siempre fuertes, con temple de corsarios, con agallas y pasión por el trabajo.
Estos luchadores españoles son mis antepasados, los que me enseñaron el valor de la lucha por la Victoria de la vida.

Hoy si bien el escenario ha cambiado, la esencia de aquellos valores me permite ofrecerles a ustedes lo mejor de nuestro Zafarrancho.»
Por el resto de la cena quedamos pensando en lo que habíamos leído, y reflexionando acerca de nuestros propios antepasados que, como este nieto, recuerda los orígenes de su abuelo.

Marta Aguerre
marta4441@gmail.com

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