Ante la Presidente, la Iglesia advirtió que aún “hay muchos pobres y excluídos”

Cristina Kirchner volvió a participar del tedeum luego de haberse ausentado varios años por diferencias con el entonces Arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio. También participó el gobernador Daniel Scioli

La conmemoración del 25 de Mayo tuvo nuevamente dos tedeum importantes, uno “oficial” en la Basílica de Luján, adonde asistió la presidente Cristina Kirchner, y otro, tradicional, en la Catedral Metropolitana al que concurrió nuevamente el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, entre otros dirigentes de la oposición.

Poco después de arribar al lugar, pasado el mediodía, la mandataria salió de la basílica para saludar a los obreros que trabajan en la refacción del templo, tras lo cual se dispuso a escuchar el tedeum.

La jefa de estado estuvo acompañada en su visita por el arzobispo Agustín Radrizzani y el párroco rector de la basílica Daniel Blanchoud. También participó de la ceremonia el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli.

En su mensaje, Radrizzani apeló a frases de Jorge Bergoglio, actual papa Francisco, para advertir que la Argentina “tiene demasiados pobres y excluidos, los cuente quien los cuente”.

En la basílica de Luján y delante de la Presidente, el prelado expresó que “sueña” con una patria “más equilibrada socialmente” y con “una inclusión social que lo haga protagonista y no sólo receptor de ayudas”.

“Sueño con una nación donde se multipliquen las fuentes de trabajo aquí y en el interior de nuestra Patria, pero nunca el afán de ganancias debe ir en desmedro de lo que Dios nos dio en esta maravillosa tierra argentina”, aseveró

Una de las primeras figuras del kirchnerismo en llegar a la basílica fue la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, quien aseguró que “no es para débiles la transformación que hay que hacer todos los días” desde el gobierno.

Visiblemente emocionada, recordó a su fallecido hermano a 10 años del comienzo del ciclo kirchnerista en el poder: “Néstor no sé en qué lugar pero nos esta mirando seguro”.

Por su parte, el ministro de Justicia, Julio Alak, destacó que a diez años de kirchnerismo “faltan hacer muchísimas cosas” en el país y volvió a cargar contra el Poder Judicial al señalar que “hay que democratizarlo”.

En tanto, los ministros de Seguridad y Trabajo, Nilda Garré y Carlos Tomada, destacaron como logros del gobierno kirchnerista la inserción de Argentina en Latinoamérica y la “reconstrucción” del mercado laboral “tras el colapso del 2001 sin esperanzas”.

Los funcionarios realizaron declaraciones al llegar a Luján y Garré apuntó que “cuando la presidenta dice que va por más no es como dicen algunos por ser más dura, sino por más inclusión social, más inserción en América Latina”.

La Presidenta había acordado con el nuevo arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires, Mario Aurelio Poli, que volvería a Luján a participar del Tedeum, luego de haberse ausentado varios años consecutivos de la Catedral Metropolitana en medio de las rispideces con Jorge Bergoglio, hoy Papa Francisco.

La mudanza del tedeum oficial al interior del país comenzó luego de que en 2004 Bergoglio pronunciara una durísima homilía ante el presidente Néstor Kirchner, en la que advirtió que la Argentina podría ser sobrepasada por el “autoritarismo”.

La presidenta Kirchner aprovechó la ocasión para llevar a Luján una de las banderas argentinas que flameó en las Islas Malvinas en 1966, en el marco del Operativo Cóndor, y un pesebre donado por el Vaticano.

Las diócesis del país también se sumaron a esta acción de gracias en las catedrales o templos emblemáticos de cada jurisdicción eclesiástica: en la mayoría de los casos, al convocarla, se reproduce la Oración por la Patria que los obispos argentinos compusieron en plena crisis de 2001-2002.

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