Acerca de una lección de anatomía

Escribe Luis Alposta.

Jean Léo Testut (1849 – 1925) fue un médico francés, jefe del laboratorio anatómico de la Facultad de Medicina de Burdeos y profesor en las universidades de Lille y Lyon, que en 1889 escribió su Traité d’anatomie humaine y pasó, para siempre, a ser simplemente Testut. ¡El Testut! El primer libro que leímos al comenzar la carrera de Medicina, y el más amado entre los muchos otros que vinieron después. Un libro en el que comenzamos a familiarizarnos con palabras de origen griego y latino que sirvieron para denominar los primeros conceptos y descripciones médicas de nuestra tradición occidental, tales como: esternocleidomastoideo, transcavidad de los epiplones, tensor de la fascia lata, diáfisis, epífisis, trocánter… Un libro en cuatro tomos, con el que aprendimos a conocer no sólo el cuerpo humano sino, también, y al decir de Baldomero Fernández Moreno, lo que es el órden, la claridad, la precisión, -en su escritura- tal vez mejor que en algún engolado texto de retórica. Lección de Anatomía y de estilo. Y también de síntesis. De ahí que todo el año que me demandó su lectura, y su estudio, lo haya resumido en una cuarteta:

Primer año.

Almafuerte y Carriego en un estante,
un anónimo cráneo que bosteza,
varios puchos, mis sueños de estudiante
y un tomo de Testut sobre la mesa.

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