Acerca de una estampilla para Gardel

Escribe Luis Alposta

El 6 de mayo de 1840 Gran Bretaña emitió la primera serie oficial de sellos postales adhesivos al precio de un penique, el que pasó a ser conocido con el nombre de Penique Negro, y es el que nos muestra el retrato de la reina Victoria. Esa fue la primera estampilla.

Tras el éxito obtenido, numerosos países comenzaron a crear las suyas, contribuyendo así a su uso generalizado.

El primer sello argentino fue emitido en Corrientes, en agosto de 1856. Llevaba impresa una imagen de la diosa Ceres sobre papel barrilete ordinario de distintos colores. Al igual que el Penique Negro era sin dentar. Cada una de ellas fue hecha a mano y circuló, con diferentes valores, hasta 1880.

Desde entonces, el coleccionismo y estudio de los sellos o timbres postales recibe el nombre de filatelia (palabra griega que significa literalmente ‘amor hacia lo que es gratis o está libre de impuestos’).

El 12 de octubre de 1892, con motivo del IV Centenario del Descubrimiento de América, fue la República Argentina la que emitió los primeros sellos conmemorativos, dando origen, así, a la primera y a la más importante rama de la filatelia: “la filatelia temática”, de la que se realizó la primera exposición mundial, también en nuestro país, en 1961.

En junio de 1984, Enrique Cadícamo, Edmundo Rivero y yo, retomando una iniciativa de nuestro común amigo Yoyi Kanematz, gestionamos ante la Comisión Nacional Asesora para la Emisión de Sellos Postales Conmemorativos, la emisión de una serie postal alusiva a Carlos Gardel.

¡Y lo logramos! Gardel, tuvo su primera estampilla entre nosotros, el 15 de Junio de 1985.

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