A dos años del terremoto quedan 700.000 desplazados en Haití

dos años del terremoto que devastó Haití con miles de muertos y una infraestructura sanitaria arrasada, unas 700.000 personas aún continúan desplazadas, la mitad de los escombros no fue recogida y la ayuda internacional con recursos prometida no logra aplicarse a la reconstrucción.

El presidente de Cascos Blancos, Gabriel Fuks, quien encabezó la misión argentina de ayuda humanitaria para Haití, en enero del 2009, destacó el avance en el proceso de institucionalización del país “con un sistema parlamentario que está funcionando” pero que aún no logra atacar uno de los problemas más graves del país: la falta de agua potable.

“Este problema es anterior al terremoto y se agravó luego del desastre y una de las consecuencias más graves son los siete mil muertos que hubo en el último año por el cólera, con una curva descendente hacia fin de año, pero que evolucionó en forma negativa en los últimos meses”, dijo Fuks en declaraciones al programa “La Mañana de Télam”, que se emite por Radio Cooperativa.

La epidemia de cólera que afectó al país a fines de octubre del 2010 no fue la primera que padeció Haití, pero fue una de las más importantes ya que se calcula que hubo unos 500.000 casos, según fuentes de la organización Médicos Sin Fronteras.

Fuks consideró que el proceso de ayuda con recursos al que se comprometió una comisión internacional encabezada por el ex presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, y que integraban entre otros Gran Bretaña y Francia, se dio “llave en mano, con una receta prearmada sin respetar las decisiones de un país soberano”.

El presidente de Cascos Blancos aseguró que esto “es muy común en países tan vulnerables y devastados por una crisis humanitaria como Haití: las consultoras internacionales se llevan la mitad de esa ayuda prometida”.

El embajador explicó que la presencia argentina en la región “no sólo es bilateral sino a través de la Unasur, donde ha tratado de consolidar una posición para tener una voz en esa mesa de reconstrucción, al tiempo que participó de muchos foros internacionales”.

“Allí pregonó que la asistencia humanitaria no sea paternalista, dirigida ni militarizada y tampoco imponer recetas que germinen en dirección contraria a necesidades soberanas que tienen los pueblos”, precisó.

Otro de los puntos de colaboración de la Argentina en la reconstrucción es en su cooperación con la ONU y con la OPS para la administración de insumos, en Migraciones y en el planeamiento de las manchas urbanas que se generaron con los campamentos y su transformación en centros poblacionales.

“Los últimos desplazados son los que perdieron todo”, dijo Fuks quien mencionó además como otro de los problemas graves que afecta al país es “la sequía permanente”.

Indicó que esto “fue producto de la situación de desertización por la tala indiscriminada lo que aparece mezclado con las grandes tormentas tropicales que generan inundaciones y causan el cólera y otras enfermedades tropicales”.

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