Estados Unidos quedó este viernes aislado en una reunión del Consejo de Seguridad convocada tras la decisión del presidente, Donald Trump, de reconocer a Jerusalén como capital de Israel y desatar una oleada de protestas y condenas internacionales.
Todos los presentes, excepto el representante de Israel, subrayaron que la decisión viola las resoluciones de la ONU y expresaron su preocupación ante la posibilidad de una escalada violenta.
Ante la ola de criticas, la embajadora estadounidense, Nicky Haley, intentó rebajar el tono a las declaraciones de su jefe.
