La decisión de escribir el libro sucedió una vez consumado el triunfo frente a Francia en el estadio Lusail. Sin embargo, el relato arranca en la final de la Copa América contra Brasil, en medio de la pandemia. “Fue una caricia al alma en un momento muy duro que estábamos pasando. Los argentinos vivimos el fútbol de una manera muy particular y muchas veces tapamos lo usamos para tapar las miserias que estamos viviendo como sociedad”, dice su autor.
El libro empieza con La previa, que constituye la primera parte del texto. Después de abordar la final de la Copa América 2021 frente a Brasil, en pleno Maracaná y en plena pandemia, Campos comienza su recorrido por el mundial de Qatar. Allí, con la excusa de repasar los siete partidos, con las formaciones y el resultado, el autor conecta recuerdos propios y ajenos. Emociones y sensaciones se mezclan con lugares y figuras del sur del conurbano boanerense como Wilde, Bernal y el colectivo 98. En el segundo tramo, La vida después del mundial, comienza un trayecto más introspectivo que recorre desde su infancia hasta su presente, con los vínculos y la pelota que lo acompañaron en todos estos años. Desconfiá de un argentino, El hombre sandro, Un error de cálculo, Un legado, Oído absoluto, La lucha del hombre, La creación de los picados y Los Imaginadores son algunos de los relatos en este segmento.
Para Campos, el fútbol es una pasión que cada vez está más lejos de lo que sucede en las canchas de los torneos profesionales y es cada vez más un producto que lo utilizan para hacer negocios a nivel mundial. Aunque le aburre ver los partidos de primera división, todavía va a la tribuna. “Cuando uno va a la cancha no va solamente a ver a su equipo, sino que va a reforzar una identidad que heredó de su viejo, su tía o su amigo. En mi caso viene de nacimiento con mi abuelo, que fue el primero que me hizo escuchar un partido por radio”, detalla.
Y continúa: “Hay que luchar día a día para no perder esos valores que nos enseñaron y mantenerlos firmes frente a un negocio que avanza y que nos quiere robar hasta la última gota de pasión que nos queda. Sin embargo, el fútbol es un espacio donde los débiles les pueden ganar a los poderosos y a partir de ahí se pueden construir un montón de cosas”.

Mi lugar en el mundo
Aunque su formación inicial fue como periodista deportivo en un instituto privado, para Campos la Universidad Nacional de Quilmes ocupa un lugar central en su vida. Además de recibirse como licenciado en Comunicación Social, en la actualidad sigue ligado a través del fútbol, donde juega de volante central y es capitán del equipo que compite en cancha de 11.
“Me enamoré de la Universidad desde el primer día que entré para hacer el ciclo de complementación curricular. En general, cuando los estudiantes arrancan la carrera, lo que quieren es finalizarla. Sin embargo, yo quería quedarme y no terminar mi vínculo con la UNQ. Siento a la Universidad Nacional de Quilmes como mi segunda casa y siempre invito a las personas que no la conocen para que vayan”, resalta.
