“Estamos llamados a tender la mano a los pobres, a encontrarlos, a mirarlos a los ojos, a abrazarlos, para hacerles sentir el calor del amor que rompe el círculo de soledad. Su mano extendida hacia nosotros es también una llamada a salir de nuestras certezas y comodidades, y a reconocer el valor que tiene la pobreza en sí misma.” (Papa Francisco)

En la diócesis de Avellaneda Lanús, en adhesión a la propuesta del Papa Francisco, se realizan gestos concretos a través de distintas instancias: visitan la comunidad de enfermos y necesitados de hospitales; varias parroquias realizan almuerzos comunitarios reuniendo a familias de sectores más necesitados; han becado alumnos de barrios marginales para que puedan seguir sus estudios secundarios y, en reuniones con sus padres, lograr la continuidad de esos estudios; etc. Porque, como bien expresaron recientemente los prelados argentinos “en una patria dotada de todo tipo de recursos y posibilidades, la falta de coherencia de la fe y de vivir una solidaridad sostenida en el tiempo es en gran medida la causa de los niveles de miseria que mucha gente sufre.”

Próximos a celebrar la Solemnidad de Cristo Rey, el Pbro. Marcelo Achával -párroco de Cristo Redentor (Valentín Alsina)- en diálogo con el programa 16 Punto de Encuentro (de Radio María del Rosario, FM 90.7) sostuvo que “el pobre es el primer beneficiario de la Buena Noticia y esta jornada tiene que tener una mirada amplia de la pobreza; porque la pobreza evangélica no es solamente la pobreza económica; de alguna manera todos entramos en esa denominación, depende de que cada uno lo acepte y lo asuma. El pobre está más abierto a recibir, más dispuesto a hacer; esta jornada es para que nos concienticemos sobre esto y no aumentemos ni usemos al pobre sino que denunciemos, porque eso es lo que hizo Jesús y es a lo que nos llama. No para estar y permanecer en la pobreza sino justamente para salir de esa pobreza.”