Una nueva y particular experiencia musical, nos llevó este domingo, al Teatro Roma de Avellaneda, renovado y brillante, no sólo en su hermosa sala recientemente reinaugurada, luego de 110 años de su creación, sino en quienes lo engalanaron con su arte y su talento. Me refiero a la Orquesta Sinfónica Juvenil Municipal de Avellaneda, bajo la Dirección de la Mtra. Mirta Soto, que conmemorando el Día Internacional del Director de Orquesta, declarado de Interés Municipal y que convocó a los Directores: Mtro. Osvaldo Peroni, Mtro. Gerardo Gabriel Alustiza, Mtra. Pilar Montoya Chica y Mtro. Sergio René Martínez.

 
La fecha elegida para institucionalizar el Día Internacional del Director de Orquesta fue el 13 de Julio, desde el año 2014, para el décimo aniversario de su fallecimiento, en honor al gran Maestro Carlos Kleiber, digno referente de la dirección orquestal, el cual fue votado en primer puesto, en 2011 en una encuesta mundial por la BBC Music Magazine. La aceptación mundial para esta celebración fue una iniciativa de la Escuela de Dirección de Orquesta y Banda a cargo del Maestro Francisco Navarro Lara con sede en Huelva, España, y apoyada mundialmente por miles de firmas para su confirmación.

 
El repertorio se inició con la marcha Radetzky de Johann Strauss, con la dirección de la Mtra. Mirta Soto.
Le sucedieron «Café Dominguez», «Mi Bs. As. Querido» y «Quejas de bandoneón» con arreglos de Roberto Pintos. «New York, New York» con arreglos de Mirta Soto a cargo de Gerardo Alustiza como director y solista en saxofón tenor. «España Cañi», pasodoble español a cargo de Mirta Soto que además dirigió tocando las castañuelas y «Oh Sole mío» de Capurro y Di Capua, que con arreglos de Ezequiel Dufau, presentó al brillante tenor Osvaldo Peroni. «Tico-Tico» en una excelente arreglo, nos deleitó con una novedad que nos brindó con su quena, el solista Gonzalo Galván y la dirección de Osvaldo Peroni. «La Cumparsita» de Matos Rodríguez-Maroni-Contursi y luego el bolero «Júrame» de María Grever por el tenor Javier Suárez y «El día que me quieras» de Gradel-Lepera por la soprano Marina Pedraza.

 
La directora Pilar Montoya Chica, de Aragón, España, interpretó «Himno» de Franz Joseph Haydn, y seguidamente como bailarina especializada en danzas antiguas, realizó una coreografía para la obra «Las Folías» que consiste en una serie de variaciones sobre un tema anónimo del SXVII, en su versión española, acompañada por el director, pianista y compositor Sergio René Martínez en la dirección, piano y versión propia en arreglo para cuerdas y piano, junto a la directora titular Mirta Soto, en esta ocasión en castañuelas. La tercera de estas variaciones tuvo la particularidad de incorporar el ritmo de la chacarera argentina, en alusión a las raíces de nuestro folklore en las danzas de España y Europa de compás ternario.

 
Volvió a deleitarnos Osvaldo Peroni con un vibrante «Nessun Dorma» de la ópera Turandot de Giacomo Puccini.
Siguieron junto al Maestro Néstor Fabián «Por una cabeza» de Gardel y Lepera y cerrando el concierto y celebración, cantó acompañado del público presente, que batiendo palmas coreó con el insigne vecino de Avellaneda, «Adiós Pampa mía».

 
El acto de cierre contó con la presencia del Secretario de Cultura de Avellaneda, Hugo Antonio Caruso, haciendo entrega de diplomas de participación a las maestras y maestros directores convocados en el evento.
El Bis a cargo de todos los artistas al unísono en el escenario, fue nuevamente y con mayor intensidad y emoción con «Adiós Pampa mía», liderado por los maestros Néstor Fabián y Osvaldo Peroni y gran coro del público.

 
Pero quiero destacar un hecho que conmovió, y es la presentación de la Orquesta –Escuela de Avellaneda con niños de 8 a 13 años que con su violín, nos regalaron dos obras «Oda a la Alegría» de Beethoven y «Titanic» de James Horner y nos dejaron avizorar el lugar que ocuparán en el Arte, en los años venideros. Así como mencionar el clima de camaradería y trabajo en equipo entre los directores y vivenciado por los músicos de la orquesta, una característica singular también de la Escuela de Dirección del Maestro Francisco Navarro Lara, de la cual los cinco maestros directores son miembros y compañeros.

 
Fue este un recital que nos dio la alegría de un presente vibrante y la esperanza de un futuro donde las nuevas generaciones se forman para ser transmisores de la belleza y la armonía del arte musical.
Esther Robledo