Viejo Mercado de Abasto de Avellaneda: un patrimonio de la ciudad industrial. De la teoría de la salvaguarda a la práctica de la vida cotidiana

Por: Arq. María Descole; Arq. Paula A. Tassone; Luciana Rizzi; Pablo Devita.

Vista del Viejo Mercado desde la calle Colón. Foto: Pablo Devita (2016)

Presentamos hoy una serie de artículos sobre la evolución del Viejo Mercado de Abasto de Avellaneda desde 1930 hasta 2010 y los motivos por los cuales se ha convertido en un patrimonio cultural que llena de orgullo a nuestra ciudad.

 

Ubicación del viejo Mercado en la trama de la ciudad. Fuente de la base satelital: Google Earth

Desde fines del siglo XX antiguas estructuras edilicias se han revitalizado con nuevas funciones. Es el caso del antiguo Mercado de Abasto de Avellaneda. Inaugurado el 6 de junio de 1930 como Mercado de Abasto y Frigorífico de Avellaneda se reconvirtió en 2010 como Centro Cultural Hugo Caruso, Plaza Estela de Carloto, Institutos Municipales de Arte y primera sede de la Universidad Nacional de Avellaneda.

Partiendo de la idea de la fragilidad de la memoria es que nos preguntamos acerca de los orígenes y la historia de este emblemático espacio ¿Cómo nació el viejo Mercado?

¿Por qué se lo considera un elemento ineludible a la hora de reconocer el patrimonio cultural de nuestra ciudad? Trataremos de responder a estos interrogantes, pero para esto es necesario en primer lugar desbrozar las bases de las nociones “salvaguarda” y “patrimonio” que ya forman parte del vocabulario común.

Salvaguarda del Patrimonio: una teoría moderna
La teoría internacional para la salvaguarda del patrimonio arquitectónico tuvo sus inicios a mediados del siglo XIX en los países del centro europeo. Originada en el concepto moderno de “monumento histórico”, se basó en las grandes expresiones arquitectónicas y urbanas de las culturas de la antigüedad y quedó plasmada en varios
libros y en particular en documentos de los especialistas que la UNESCO se ocupó de centralizar. Uno de estos trabajos fue La Carta de Venecia escrita en 1964 en la cual se admitió desde entonces que el concepto de “monumento” es aplicable “no sólo a las grandes obras, sino también a las obras modestas que con el tiempo hayan adquirido un significado cultural.” Es por eso que, a partir de los años ´60 el conjunto de
edificios, lugares y bienes históricos se ha ampliado a punto tal que todas la ciudades y poblaciones del mundo cuentan hoy con edificios reconocidos como “bienes del patrimonio cultural” y, por tanto, merecedores de un cuidado especial. A fin de promover la salvaguarda de estos bienes, la UNESCO clasifica al Patrimonio Cultural
como material e Inmaterial e identifica dentro del primero al patrimonio arquitectónico, una de cuyas manifestaciones hoy reconocidas es el patrimonio industrial.

El Patrimonio industrial
No se trata solo de edificios industriales sino de todos aquellos que albergaron funciones en toda aquella ciudad de perfil industrial. El Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial – creado en 1978 – afirma que el patrimonio relacionado con la ciudad de la industria está compuesto por “los restos de la cultura
industrial que poseen valor histórico, tecnológico, social, arquitectónico o científico.”

Pero no se trata solamente de restos inanimados sino cargados de significación en un contexto determinado donde patrimonio material e inmaterial constituyen una unidad.

Tal como bien lo expresaba Marina Waisman en 1967, el “patrimonio es la construcción de la ciudad” y el concepto de Patrimonio está ligado al concepto de Cultura. “La cultura por eso no puede describirse como un conjunto de productos – objetos, ideas, obras de arte, costumbres etc. sino que es un contexto dentro del cual,
y solamente dentro del cual puede situarse el ser humano, entenderse a sí mismo y entender las creaciones que lo conforman (…) no podemos considerar al patrimonio arquitectónico y urbano como una serie de edificios, tejidos y lugares, esto es, como una serie de objetos, sino como una urdimbre formada por tramas de significación. (…)

El Patrimonio Arquitectónico y Urbano es, pues una compleja urdimbre en la que se entrecruzan, sin un orden aparente, los secretos lazos que se han tejido en el tiempo entre la gente y el medio urbano”.

Es, entonces, en este entramado de ideas sobre el patrimonio y la ciudad industrial – que fue y sigue siendo Avellaneda – que podemos inferir que el viejo mercado de Abasto y sus memorias, constituye un testimonio de patrimonio cultural de nuestra ciudad industrial. En el marco de estas ideas profundizaremos aspectos referidos a la historia de la Avellaneda industrial moderna de los primeros años del predominio político y cultural de Alberto Barceló e indagaremos acerca de los mercados europeos, regionales y argentinos construidos antes del Viejo Mercado en cuestión. También haremos una descripción arquitectónica del edificio para finalmente determinar ciertos valores y estrategias de revitalización que han justificado una permanencia del edificio integrado a la vida diaria del ciudadano.

 

(Continúa el martes próximo)

Arq. María Descole; Arq. Paula A. Tassone; Luciana Rizzi; Pablo Devita.

*Artículo basado en la ponencia “Viejo Mercado de Abasto de Avellaneda y su re funcionalización para usos culturales y educativos”, presentada en las Primeras Jornadas de Patrimonio Cultural Universitario de la Universidad Nacional de Córdoba realizadas del 11 al 12 de Agosto de 2016.

 

 

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