En el salón del primer piso de la Academia Nacional del Tango, presencié “Una vida de tango”, una obra que tiene teatro, canciones populares y un recorrido por una existencia (puede ser la de cualquier argentino que se precie) matizada con una historia de amor, de encuentro y desencuentro, que se parece, ¡valga la paradoja! con la historia conflictiva del país.

Ernesto Pierro, autor y director, hombre de tango, poeta respetable, maneja con mano firme la organización de la puesta teatral. Las escenas (tanto las que tienen canto como las otras) son interesantes y tienen fluidez narrativa.

Lo acompañan, muy en lo de ellos, Patricia Martínez, Guillermo Ibáñez y Alejandra Delfino que son los actores-cantantes. Un actor-narrador, Victorio Crimi y la musicalización es de Osvaldo Tubino.

Vale consignar que “Una vida de tango” sigue su periplo por otras salas del Conurbano y del interior del país. Es indudable que su mensaje atrapa el interés del espectador.

¡Bravo por mi amigo Ernesto Pierro!

Roberto Díaz