Un joven avellanedense logró el 3er puesto en un Festival de Danzas de Sudáfrica

Su nombre es Emmanuel Vázquez y tiene 20 años. Empezó en la Escuela de Danzas Municipal, pasó por el Teatro Colón y desde 2010 integra el Ballet de Santiago de Chile. «Mi sueño es seguir creciendo hasta ser primer bailarín», dijo.

El bailarín de Avellaneda Emmanuel Alejandro Vázquez, de 20 años, se adjudicó la medalla de Bronce en la categoría Senior del prestigioso Festival de Danzas realizado en el «Arts Cape Theatre» de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica.

«La mayor cantidad de competidores de alto nivel estaba en esta categoría. De hecho pasó algo que nunca había pasado – relató el propio protagonista -después de varias rondas de eliminación, siempre se elige a los tres ganadores para que compitan por las medallas, pero este festival fue tan parejo que tuvieron que elegir a cuatro porque el jurado estaba indeciso».

Consultado sobre las expectativas con las que viajó al Festival, Emmanuel sostuvo que fue vivir «una experiencia» teniendo en cuenta que no tuvo el tiempo de preparación adecuada.

Vázquez, quien integra desde 2010 el Ballet de Santiago, en Chile, finalizó sus presentaciones el 30 de enero y en pocos días preparó su viaje a Sudáfrica por consejo de su maestro, Mario Galizzi.

«Me dijo que tomara el Festival como unas vacaciones para sumar experiencia y conocer gente, que no pensara en ganar porque además yo apenas pude ensayar unas semanas, cuando lo ideal es más de un mes, como mínimo», resaltó Vázquez.

Sin embargo, con las coreografías de «El Corsario» y «La Bella Durmiente » y la versión «Tanguera» de Mariano Mores, el joven bailarín de Avellaneda logró ir pasando etapas, meterse entre los cuatro mejores y, luego, ganar una medalla para poner los colores argentinos en el podio de un festival internacional.

Con respecto al  respaldo con el que contó para concretar el viaje, Vázquez comentó que si bien la organización le pagó el pasaje, el resto de los costos corrió por su cuenta. «El viaje fue fatal, porque hice Buenos Aires, Río de Janeiro, Dubai, Ciudad del Cabo, en treinta horas. Llegué muerto y con el sueño en cualquier horario», afirmó.

El esfuerzo, tanto en la dedicación como en lo económico y en lo físico, permitió que Emmanuel tuviera una excelente performance que, sin duda, le abrirá nuevas puertas a nivel laboral. De hecho, tras su presentación en Sudáfrica, le ofrecieron ir a otro festival en Seúl, Corea del Sur.

La carrera profesional de Emmanuel está marcada por el esfuerzo. En marzo de 2010, con apenas 18 años, dejó su Avellaneda natal para sumarse a la compañía del Ballet de Santiago.

Solo en la capital chilena, asumió su independencia con responsabilidad, cuidándose en su alimentación para poder responder a fuertes jornadas de trabajo, que van de 10 a 18 horas, giras por ese país y el exterior, y hasta doble función en varios de los casos.

Por otra parte, la carrera profesional de Emmanuel Vázquez sigue en ascenso y, en octubre, viajará a Rusia con el Ballet Metropolitano de Buenos Aires, como bailarín invitado. «Mi sueño es seguir creciendo hasta ser primer bailarín y no quedarme solo como un integrante de un cuerpo de baile», remarcó Emmanuel Vázquez.
 
Bailarín de nacimiento

La relación de Emmanuel con la danza empezó a los dos años de edad cuando, según su madre, Patricia Konczynski, «ponía música y empezaba a girar, no se mareaba ni se caía, incluso sus abuelos paternos, María Esther y Carlos, decían que quería ser bailarín».

«Un día, leyendo la revista de la Municipalidad, me enteré de la Escuela de Danzas que dirige Elena De la Serna , y lo anoté», evocó Patricia. «Me acuerdo de la primera clase, tenía seis años, me di cuenta que eso era lo que me gustaba», agregó el propio Emmanuel.

A los 9 años, Emmanuel ingresó a la Escuela del Teatro Colón donde estudió durante 8 años hasta que, estando en el año de perfeccionamiento, la directora del Colón le ofreció integrar el ballet.

Aquellos años del Colón tampoco fueron fáciles. Concurría a Danzas por la mañana y al colegio por la tarde. Fue un período donde sus abuelos maternos, Romualdo y Daniela, colaboraron mucho para que Emmanuel cumpliera con todo, porque lo llevaban y traían para cumplir con sus responsabilidades.

«Siempre tuve mucho respaldo familiar, la verdad que no me puedo quejar para nada», remarcó Emmanuel Vázquez, el bailarín de Avellaneda que trascendió las fronteras de su ciudad y del país, para llevar su arte por el mundo.

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