Un cielo de celuloide para Fabio Magneschi

Se fue el más importante cinéfilo de nuestra ciudad. Falleció el 11 de enero de 2017.

Cinéfilo, encuadernador de estilo, escritor, filósofo diletante, luchador incansable por la causa de los D.D.H.H. y por los desposeídos. MIEMBRO DE LA COMISIÓN DIRECTIVA DE LA BIBLIOTECA POPULAR VELADAS DE ESTUDIO, a la que llegó por primera vez antes de su adolescencia.

 

Lo conocimos a Fabio en los primeros años de nuestras vidas, venía de su Italia natal, de la ciudad de Siena, apenas concluida la Segunda Guerra Mundial. Llegó con sus padres, era hijo único, y pronto se afincó la familia en la localidad de Piñeiro. Venían los Magneschi en busca de un lugar próspero que contrastara con los horrores de la guerra que habían atravesado, salvando sus vidas de milagro.

 
Su madre, Pierina, era partisana, mujer de armas llevar luchando contra el fascismo imperante, resistiendo en esa primera infancia de Fabio las persecuciones y las necesidades básicas insatisfechas. Su padre estaba en la guerra, pasó vicisitudes inimaginables para cualquier humano. Tal es así que cuando retorno a su hogar no lo reconocía su propia familia, había adelgazado 40 kilos.
Fabio, en Argentina, aprendió rápidamente nuestro idioma. Y la Biblioteca Veladas de Estudio fue el lugar que albergó su infinito afán de conocimiento.

 
Muy joven se casó con Annetta Paganini, su compañera de toda la vida. Tuvieron dos hijos Marcos (actual Presidente de Veladas de Estudio) y Vilma, quien siguió sus pasos como encuadernadora.

 
Fabio abrazó la causa de la justicia social como pocos, fue coherente, honesto, tenaz y cascarrabias a la hora de defender a los desposeídos. Fue un hombre de una sola pieza, y la solidaridad le brotaba por los poros. Era un contador de anécdotas brillante, y dueño de un humor fino y ácido a la vez. Sin avisar inventaba historias cinematográficas con elementos de la realidad, en donde aparecían personajes del barrio, las cuales todos dábamos como ciertas, sin corrernos un ápice del acuerdo tácito y mutuo. Sabíamos que eran sus creaciones y él sabía que sabíamos, pero las esperábamos como quien espera el estreno de una película.

 
A partir de 1999, nos hicimos cargo de la conducción deVeladas. De inmediato el empedernido cinéfilo inauguró su Cine Club. El neorrealismo italiano resonaba en la sala, y hacía el final del film café para todos y todas, debate y clases magistrales de nuestro irremplazable compañero. Cuando se enojaba no dejaba de dar las funciones pero en la sala de su casa. Al sábado siguiente volvía con todo su aparataje a Veladas, sonriente y socarrón, pletórico, espléndido.

 
En las reuniones de Comisión todos preguntaban por Fabio, porque todos sabíamos que faltaba la discusión y sobre todo la broma, o la reflexión concienzuda y tajante.

 
A partir de mayo de 2003, se enamoró perdidamente de un Proyecto de país, al cual amó y defendió hasta su último suspiro. Expresó una voluntad hacia el final de sus días señaló un póster inmenso con la imagen de Cristina Fernández de Kirchner y dijo “Me deben prometer que nunca nadie, jamás, va a sacar ese póster de ahí.” Y sin dudas su deseo será cumplido.

 
Nos dejó, entre otras cosas, un libro de su autoría “Crónica de un niño en Siena 1943-1950” y otro de próxima aparición sobre sus numerosísimos viajes a Europa, a Italia, a su Siena natal.

 

 

Proyectó cine en su casa, munido de las nuevas tecnologías y con pantalla gigante hasta diciembre de 2016. El 11 de enero de este año, decidió marcharse a su cielo de celuloide.

 
¡COMPAÑERO DEL ALMA FABIO MAGNESCHI, HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!
Veladas de Estudio, Piñeiro y Avellaneda te rinden homenaje permanente, continuando con tu Cine Club y narrando tus infinitas anécdotas. ¡VOLVEREMOS!

 
Jorge Samonta

lestonsamonta@gmail.com

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