Taller “El Escribiente”: un lugar ideal para desarrollar la escritura y lectura

Muchas veces se hace muy difícil encontrar un lugar donde volcar una pasión o, simplemente, tratar de perfeccionarse o aprender más sobre una actividad que uno realiza o desea dedicarse. Y en Avellaneda, para todos los amantes de la escritura y/o lectura existe el Taller Literario “El Escribiente”, que desde hace nada menos que ¡10 años! alberga a talleristas de todas las edades y géneros.

 

En una entrevista con el Diario La Ciudad, su coordinadora, Verónica Rodríguez, se explayó sobre el tema: “El taller es un lugar mágico y una cocina también. Un espacio en el que se permite jugar con las palabras, con sus múltiples significados, con sus sonidos. Un lugar donde todos podemos probar, equivocarnos, mezclar y volver a inventar o descubrir nuevos sabores. O, como dijo alguna vez una tallerista: ‘Un lugar donde te entienden’, refiriéndose a una comprensión para con ese ‘yo’ que escribe, que se expresa desde la palabra y busca que sea literaria”.

El comienzo de la historia
Verónica cursó Letras en la UBA y su relación con “El Escribiente” nació hace justo una década cuando decidió crear su propio mundo repleto de palabras y párrafos, luego de haber sido parte de otros talleres durante varios años.

Actualmente, “El Escribiente” posee un grupo de escritura (funciona los lunes), dos de lectura (sábados) y de los mismos pueden participar personas desde los 18 hasta los 99 años.

Sobre el mecanismo de los grupos, la encargada explicó: “En los grupos de escritura nos dedicamos a leer y comentar los textos de los talleristas. Es un proceso duro, difícil para los nuevos –que en muchos casos no mostraron sus escritos a nadie antes- pero que enseguida se transforma en maravilloso, en adrenalina pura cuando escuchan qué genera su texto en los otros. Y el autor debe permanecer en silencio, escuchando a sus compañeros con cara de póker (risas), para sólo al final poder dar su opinión… Y en ese feedback está el crecimiento, el aprendizaje del futuro escritor”.

También informó que suelen trabajar con consignas lúdicas, muchas de las cuales después de leer autores consagrados porque “la lectura es el mayor alimento de un narrador” y que en reiteradas ocasiones reciben la visita de autores contemporáneos que van al taller a compartir sus experiencias con la escritura y los avales de la publicación.

Los requisitos
Sobre los requerimientos para poder ser parte del taller de escritura, contó: “Para que funcione tiene que estar conformado por un grupo lo más heterogéneo posible en intereses, edades, recorridos de lectores, vivencias. Puede concurrir el que escribe mucho, poco o nada; el que nunca mostró sus textos o el que persigue a familiares leyendo sus poemas, cuentos o narrativas (risas). Pero el requisito esencial es un deseo y compromiso con la palabra. Hasta el que nunca escribió puede asistir, siempre y cuando sienta el deseo profundo de empezar a hacerlo”.

Por su parte, el taller de lectura se vuelca a leer textos literarios. Tiene una frecuencia quincenal, para que cada tallerista tenga el tiempo necesario para leer cada material: “Seguimos un programa y cronograma de lectura con un eje que puede ser temático, de género, autoral y luego en cada encuentro después de una introducción teórica sucede lo más maravilloso que es el comentario de cada tallerista, la charla acerca de lo leído, el enriquecimiento mutuo”.

La Pandemia no logró frenar el amor por las letras
Cuando surgieron los problemas que atrajo el virus del Coronavirus en 2019, Verónica decidió empezar a dictar las clases en forma virtual, sin saber cómo podría surgir o cómo se adecuarían a las nuevas tecnologías, en especial sus alumnos de avanzada edad: “La verdad que hubo un esfuerzo hermoso e increíble de parte de cada uno para que los encuentros hayan sido de gran manera y muy productivos. Pude desarrollar todo el programa sin problemas y hasta puedo contar que los talleres lograron que la gran mayoría afrontara la desagradable situación del aislamiento de otra forma. Varios talleristas aseguraron que “El Escribiente” transformó la tristeza en placer u ocupación; nunca me voy a olvidar la frase de la tallerista Miriam, que me dijo que el taller la ‘salvó’ en la Pandemia”.

“El arte siempre fue el mejor alimento para el espíritu de los pueblos. Una de las pocas salidas que veo frente a tanta adversidad”, resumió de gran manera.

Honor y satisfacción
“Es difícil explicar lo que siento cuando uno de mis alumnos, luego de estar durante un largo o corto tiempo en los encuentros, puede publicar su añorado libro o logra el cometido que vino a buscar al taller. Hay muchas obras dando vueltas que nacieron luego de que el autor pasara por “El Escribiente” y eso es único y me da tranquilidad que el trabajo que estoy haciendo está en buen camino”, sentenció Verónica.

Y un ejemplo bastante reciente es el de Valentín Soto, que a principios de este año publicó su primer libro a los ¡92 años! (la nota se pudo apreciar en el Diario La Ciudad), y además continúa participando del taller y va en busca de lanzar su segundo ejemplar.

Una vida vinculada con las letras
Verónica Rodríguez, como buena coordinadora o profesora de talleres, también es una destacada escritora: “No hace falta que un coordinador sea un escritor consagrado, pero creo que sí tiene que estar familiarizado con la práctica de la escritura literaria, sólo así podrá ponerse par a par con sus talleristas y con todos los escollos que éstos deben enfrentar”.

En su currículum, entre otros puntos, se destaca que una obra suya fue elegida por Teatro por la Identidad para llevarla a escena en 2010 y que publicó cuentos en varias antologías hasta que reunió varios de sus relatos en “Postales de otra ciudad”, un libro que salió a la luz por la Letra Eme, en 2014. Además, fue mención de honor de Sigmar por una novela infantil.

¡Se vienen las muestras finales!
Como todos los años, “El Escribiente” realizará sus destacadas muestras de fin de año y, como fue en 2020, en esta oportunidad también se hará de forma virtual a causa de la pandemia, pero no por eso perderá su esencia y su “magia” para mostrarle al público todo el trabajo que llevaron a cabo los talleristas a lo largo de 2021. “En las muestras hacemos un resumen sobre todo lo trabajado en el año, además de que los participantes exponen sus mejores textos. Y este año, además por la conmemoración de los 10 años de vida de “El Escribiente”, habrá un poco de actuación, ya que jugaremos sobre los ‘problemas’ que tuvo cada uno con la virtualidad. Puedo asegurar que saldrá algo muy divertido e interesante”.
Las muestra de los talleres de lectura será el sábado 6 de noviembre y la de escritura, el sábado 27.

¿Cómo se puede ser tallerista?
Los que deseen ser parte de alguno de los talleres pueden escribir al mail: tallerelescribiente@gmail.com o visitarlos en su página de Facebook: https://www.facebook.com/TallerLiterarioElEscribiente

noticias relacionadas