“Rezar es tan importante como respirar”, dijo Mons. Frassia

Fue durante la misa de niños que reunió a tres mil chicos y adultos acompañantes en el estadio de fútbol del Club El Porvenir, en Lanús, el sábado 5 de mayo.

(AICA) “Rezar es tan importante como respirar; si uno no respira, se muere, y si uno no reza, se aleja de Dios”, dijo el obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Frassia, en una misa de niños que reunió a tres mil chicos y adultos acompañantes en el estadio de fútbol del Club El Porvenir, en Lanús, el sábado 5 de mayo.

El prelado expresó que rezar es una de las cosas más nobles, más dignas del ser humano y animó a los asistentes a hablar con Dios, a hacerle un lugar en el corazón, a pedirle por una persona que está enferma o que ha perdido el trabajo.

Dirigiéndose a los chicos con palabras sencillas y estilo didáctico, el obispo los invitó a buscar y tratar a Jesús desde chiquitos, a amarlo mucho, a tomar decisiones y no dejarlas para más adelante. Y a ayudar a “nosotros, los grandes, a tener un corazón simple, espontáneo, un corazón de niños”.

El obispo sugirió a los chicos que llevaran a sus padres su saludo y su bendición, haciéndoles la señal de la cruz -“por el signo de la cruz fuimos salvados”- y leyendo con ellos el Evangelio en la casa, en familia.

Recordó que “el Papa Benedicto XVI quiere que este año tengamos el Año de la Fe” y señaló que “nuestra vida cristiana es para recibir la gracia de Dios, pero para darla a los demás”. En ese sentido, llamó a los asistentes a ser “convencidamente misioneros”. Y agregó: “Tenemos que llevar este mensaje a los demás, no nos podemos callar”.

Dos tribunas del estadio estaban llenas en un día de sol con una brisa fresca, pero no frío. “Dios nos bendice con una tarde en que no hace frío, no hace calor, el sol nos ilumina y podemos celebrar nuestra fe juntos, en familia”, dijo el obispo en la homilía de la misa, que concelebró con unos veinte sacerdotes.

En un ambiente animado por cánticos y por un agitar de estandartes y globos de varios colores, numerosos carteles y banderas daban cuenta de la presencia de grupos de catequesis de distintas parroquias y capillas de esta diócesis del conurbano bonaerense. Algunas leyendas decían: “Aspirantes. Navega mar adentro”, “Parroquia La Inmaculada y San Maximiliano Kolbe. Somos familia de Jesús”, “Hagan todo lo que El les diga. Aspirantes. San José, Villa Dominico”; “Capilla Virgen de los Trabajadores. Dejen que los niños vengan a mí”. “Acción Católica Argentina. San José de los Obreros. Gerli”, “Parroquia San Orione. Iniciación cristiana de niños”, etc.

Un chico con discapacidad en silla de ruedas acercó al altar un gran libro con la Palabra de Dios antes de las lecturas, en tanto que un coro acompañado por guitarras eléctricas entonaba distintos cánticos. Hubo también un momento de especial silencio y recogimiento antes de la bendición final.

El obispo de Avellaneda-Lanús recordó que este año se cumplen 50 años del Concilio Vaticano II y 20 del Catecismo de la Iglesia Católica. E hizo decir a todos: “Hagamos todos juntos lo que Jesús nos diga”, consigna que los chicos repitieron varias veces, cada vez más fuerte, con notable entusiasmo.
Jorge Rouillon

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