Reflexiones de Monseñor Rubén Frassia

El Obispo de la Diócesis de Avellaneda – Lanús, en sus reflexiones radiales semanales, se refirió al Evangelio según San Marcos 12,38-44 (ciclo B): Dar todo.

Jesús enseñaba a la multitud: “Cuídense de los escribas, a quienes les gusta pasearse con largas vestiduras, ser saludados en las plazas y ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los banquetes; que devoran los bienes de las viudas y fingen hacer largas oraciones. Estos serán juzgados con más severidad”. Jesús se sentó frente a la sala del tesoro del Templo y miraba cómo la gente depositaba su limosna. Muchos ricos daban en abundancia. Llegó una viuda de condición humilde y colocó dos pequeñas monedas de cobre. Entonces él llamó a sus discípulos y les dijo: “Les aseguro que esta pobre viuda ha puesto más que cualquiera de los otros, porque todos han dado de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir”.

Dar todo
El Señor nos habla de las intenciones y la motivaciones; y de cómo estos escribas se van colando, interponiendo, metiéndose en nuestro corazón, en nuestras actitudes: la falsedad, la hipocresía, la “aparatosidad”, el mandarse la parte, instrumentalizar las cosas, manipularlas, “salir en la foto” -muchas veces uno tiene una foto del Papa y ya parece que es amigo del Papa, se pavonea y hace alarde de eso que fue un instante, un minuto, como queriendo expresar una “profunda” amistad; pero ¿con qué intención uno se acerca y le pide la bendición?-; por eso me parece importante advertir que esas cosas pueden pasarnos.

En el plano humano -no meramente eclesial o social sino humano- hay una costumbre que se está metiendo en nuestra vida: el individualismo, el egoísmo, el sólo por hoy, el vivir lo que me interesa, moverme por lo que me interesa y dejar de lado todo lo demás como el tiempo, el trato, la vida. Todo esto nos hace vivir una vida “como dando limosnas” para sacarnos a la gente de encima.

Hay que aprender a tenerse, porque cuando uno se tiene, se posee, es capaz de dar en serio, es capaz de amar en serio, es capaz de interesarse en serio, es capaz no sólo de oír sino de escuchar en serio y es capaz de ir hasta las últimas consecuencias en serio.

“Muchos ricos daban en abundancia. Llegó una viuda de condición humilde y colocó dos pequeñas monedas de cobre”, no tenía otra cosa pero dió todo. Hago la diferencia entre dar cosas y dar todo. Cuando uno se posee es capaz de dar todo, cuando uno se reserva y se guarda egoístamente uno da cosas no da el todo.

Eso pasa con Dios, con la Iglesia, con las cosas profesionales, con el trato entre nosotros, con nuestra familia; ¿por qué uno se arrima, habla o llama a alguien?; a veces lo hace para usar a las personas y no para tenerlas en cuenta.

Pidamos sabiduría para vivir, para amar y para poder entregar el todo.

noticias relacionadas