Otorgaron distinciones pontificias a sacerdotes y laicos de la Diócesis de Avellaneda – Lanús

En la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción, Catedral de Avellaneda – Lanús se celebró una misa especial presidida por nuestro Obispo de la Diócesis, Monseñor Rubén Oscar Frassia. En la foto Monseñores Jorge Bazán y Rubén Oscar López y los Doctores Roberto David Bruzzoni y Marco Luis Blanco y Centurión

El pasado lunes 5, en la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción, Catedral de Avellaneda – Lanús se celebró una misa especial. Presidida por nuestro Obispo de la Diócesis, Monseñor Rubén Oscar Frassia, la ceremonia contó con un matiz extra al entregarse distinciones pontificias para laicos y sacerdotes de la comunidad diocesana.

En tal sentido, se entregaron las distinciones otorgadas por el Santo Padre Benedicto XVI, que adjudican el título de Caballeros de la Orden Ecuestre del Papa San Silvestre a los Doctores Roberto David Bruzzoni y Marco Luis Blanco y Centurión.
Asimismo, los vicarios generales de la diócesis de Avellaneda-Lanús, presbíteros Jorge Bazán y Rubén Oscar López, fueron distinguidos con los títulos de Prelado de Honor de Su Santidad y de Capellán de Su Santidad, respectivamente, motivo por el cual en adelante recibirán el tratamiento de «monseñores».

Monseñor Frassia dedicó un párrafo en su homilía a los distinguidos:
«Tenemos que ser agradecidos con esta bendición que el Señor da a estos hermanos, a través del Santo Padre y de la Iglesia. Al mismo tiempo tenemos que afirmar algo que es cierto: el reconocimiento sobre algunos hermanos no es exclusión ni negación de tantos otros hermanos nuestros con tanto mérito, con tanto esfuerzo y con tanto sacrificio, que trabajan por Dios y por la Iglesia. La afirmación de una cosa no es la negación de otra. Pero también es cierto que nosotros tenemos que alegrarnos porque es una bendición que no es sólo para una persona, sino también para el servicio que esta persona ha brindado a la Iglesia; y por lo tanto es una bendición para nuestra Iglesia diocesana. Y tenemos que dar gracias y alegrarnos realmente. Nos alegramos porque el Señor nos ha bendecido a través de estas distinciones y eso nos obliga a comprometernos cada día más».

Del mismo modo, el Obispo de Avellaneda – Lanús brindó a sus fieles una reflexión:
«En este tiempo que estamos viviendo, que es de adviento, es un tiempo de espera, un tiempo de vigilancia y un tiempo de atención. Pero también es un tiempo de cambio y de transformación, que se pueden concretar y realizar a través de la presencia del Señor, de la presencia de Cristo. Y creo que nosotros tenemos que reconocerlo para que realmente el Señor pueda seguir obrando en nosotros. Tantas enemistades, tantas discordias, tantos egoísmos, tantas adversidades… Todas esas realidades son transformadas por la presencia de Dios. Y la presencia de Cristo transforma el corazón humano y nuestros vínculos entre nosotros. El amor de Dios es capaz de transformar nuestro pobre amor y potenciarlo. Su luz nos viene a iluminar y nos alienta a salir de una vida opaca y oscura para convertirla en una vida brillante».

Tras la finalización de la ceremonia religiosa, La Ciudad dialogó con los receptores de este noble reconocimiento, quienes expresaron lo que significó recibir estas honoríficas distinciones.

Luis Blanco y Centurión: «Sin dudas que es un honor, un reconocimiento y una gracia que he recibido. En realidad hay mucha gente que trabaja desde el anonimato, pero como dice la frase, tal vez un tanto olvidada: para Dios no hay héroes anónimos».
Roberto David Bruzzoni: «Alguien me dijo en un email, yo sé que vos no trabajaste para la Iglesia como para que nadie te reconozca nada y esas palabras las hago mías. Si el Obispo, que nos quiere mucho lo consideró, y el Papa estuvo de acuerdo, bienvenido sea, porque es una gracia y así la tomamos».

Monseñor Jorge Bazán: «Esta es una distinción que el Santo Padre concede, que es un honor para nuestra diócesis, no sólo para los distinguidos. Se trata de menciones honoríficas, que son como caricias que le hace la Iglesia a algunos laicos o sacerdotes; y que animan a renovar la fidelidad a la persona y al ministerio del Papa y nuestro Obispo, y a renovar, en medio de tantas dificultades que siempre surgen, la alegría de pertenecer a la Iglesia de Jesús».

Por último, La Ciudad conversó con el reconocido periodista Osvaldo Bazán, quien brevemente comentó sus sentimientos ante la distinción de su hermano, Monseñor Jorge Bazán.

«Lo viví con la emoción de hermano. Con orgullo, por la importancia de esta distinción y porque yo sé lo que significa para él. Entonces me emocioné mucho y creo que se lo merece. Con el amor de hermano digo que se lo merece, y los que lo conocen y lo quieren comparten esto, porque ha hecho un buen trabajo pastoral que llega a la gente. Eso es un don. Nosotros somos seis hermanos, que estamos siempre acompañándonos. En los momentos tristes y en los momentos felices. Y este es uno de los más felices».

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