“Nadie te es extraño, todos somos hermanos”

Palabras del Obispo de la Diócesis de Avellaneda y Lanús, Monseñor Rubén Frassia, con motivo de las Fiestas Patronales de Avellaneda.

 

Como todos los años y en cada una de las Fiestas Patronales, el Obispo de la Diócesis Avellaneda-Lanús, Monseñor Rubén Frassia, lleva su mensaje pastoral, a través de las páginas de La Ciudad, a todos los vecinos de ambos distritos. A continuación, reproducimos algunos de los conceptos más salientes de la entrevista muy gentilmente brindada por el Obispo diocesano.

“El lema para este año es “Nadie te es extraño, todos somos hermanos”, algo que todos sabemos, pero que evidentemente hay que implementarlo, que hacerlo carne, hay que darse cuenta de aquello que es importante y de aquello que no lo es, de aquello que tiene fuerza y de aquello que no lo tiene.

Creo que es un momento especial, difícil el que estamos viviendo, como país y como sociedad. Estamos en un proceso electoral y uno le pide a los candidatos que digan qué proyectos tienen para el país, a corto y a largo plazo, pero proyectos de verdad, y lamentablemente uno percibe que muchas veces solo se critican unos a otros.

Como país, todavía tenemos que hacer un esfuerzo para alcanzar una madurez objetiva, todavía los argentinos somos muy sensibles y emotivos frente a lo que nos pasa. Yo no ignoro los sentimientos ni los afectos, pero creo que tenemos que poder analizar las cosas de una manera más objetiva.

Eso nos educa a nosotros y también a nuestros hijos, porque si solo hay subjetividad, no vamos a crecer y seguiremos siendo un país inmaduro, adolescente, que justifica cualquier cosa con el manejo de las palabras, las cuales se pueden articular, ubicar, poner o sacar, pero si no tienen verdad, no sirven de nada.

Vivimos una etapa difícil y compleja, donde todo se cuestiona y se discute, donde todo tiene la misma valía y me parece que no es así. Yo soy un Obispo, un hombre de fe, soy creyente y creo tener la intención, la ocupación y la preocupación de todas nuestras realidades, de todos, porque ese es el mensaje de Cristo, que vino y se entregó por todos, padeció por todos y perdonó a todos.

Por lo tanto, el mensaje de Cristo es muy explícito, muy claro. El Señor vino por usted, por mí, por aquel, por el otro, por el bueno, por el malo, por el alto, por el bajo, por el que está bien y por el que está mal, vino por todos.
Sería bueno, ante estas Fiestas Patronales de esta Diócesis tan querida por mí y por todos, la fiesta de la Asunción, que la presencia de Dios nos traiga aire puro.

Estas Fiestas nos tienen que ayudar a transformar nuestros egoísmos, nuestras visiones parciales y hasta a veces nuestras visiones colectivas, porque muchas veces se suplanta la conciencia de las personas por aquello que es colectivo, y lo colectivo no debe suplantar jamás la conciencia personal, porque lo personal es el último resabio de dignidad que tiene un ser humano, en su persona y en su libertad, pero a veces no se respeta esa libertad personal.

Entonces, pedirle a la Virgen que bendiga a nuestras ciudades, Avellaneda y Lanús, que bendiga a nuestra Patria porque el alcance siempre es infinito, y que aprendamos que todos tenemos una gracia que recibimos, pero también la responsabilidad de responder y de tratar al otro como hermano. Aunque piense distinto o sea diferente, no interesa. Porque toda persona vale, piense como piense, esté de mi lado o del otro, esté en mi equipo o en otro. Sigue valiendo como persona y la tengo que respetar.

Le pido a la Virgen que nos dé la capacidad de volver a los valores y al amor, que son la clave para salvar al mundo, para transformarlo, para cambiarlo, para dejar algo bueno a los demás.

Yo pido eso, que el amor de Dios, el amor de Cristo y el amor de la Virgen nos dé fuerza a todos nosotros, ciudadanos, creyentes y personas de buena voluntad, para que realmente construyamos este mundo y que lo hagamos en serio, que volvamos a decir que queremos una Nación libre, que se ocupe del bien común, que tenga en cuenta a todos porque nadie me es extraño y toda persona es mi hermano.

Yo le pido al Señor que nos bendiga y que en estas Fiestas Patronales surjan, del corazón y el pensamiento, actitudes nuevas para poder crear y formar la verdadera civilización del amor. Que la Virgen nos proteja a todos y nos acompañe a todos en estas Fiestas, pero en especial a los ciudadanos que habitan este suelo de Avellaneda y de Lanús, ya que estamos bajo el patrocinio de Nuestra Señora de la Asunción”.

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