Museo Municipal de Artes Plásticas
Adriana Jodrosic (foto) se encuentra a cargo de uno de los museos más antiguos de Avellaneda.
Si bien Avellaneda aún no tiene un Museo destinado a su perfil industrial, tanto el Riachuelo como el paisaje del barrio obrero pueden verse plasmados a través de la mirada de sus artistas en el Patrimonio del Museo Municipal de Artes Plásticas.
Adriana Jodrosic es egresada de la Escuela Municipal de Artes Plásticas como Perito en Pintura y Grabado y actualmente cursa la Licenciatura en Restauración y Conservación de Bienes Culturales en la UMSA. Se encuentra a cargo de uno de los museos más antiguos de Avellaneda y esta semana nos introduce en el mundo de la pintura argentina y de las dos orillas del Riachuelo.
¿Qué actividades desarrolló el Museo este año?
Como es de público conocimiento hasta abril del año pasado funcionábamos en el Salón de los Encuentros del Teatro Roma fecha en que fue cerrado para su restauración y puesta en valor, debiéndonos trasladar provisoriamente al edificio de Mitre 366 donde tenemos las colecciones embaladas a la espera del edificio al que nos destinen. Pero eso no nos dejó inactivos. Para Una Tarde en los Museos organizamos una visita a la casa Taller de la artista grabadora Silvia Roca. También mantenemos activa la página de facebook. Al no haber muestras casi no hicimos visitas guiadas, pero atendemos consultas y estamos trabajando para próximas exposiciones.
¿Por ejemplo?
Tenemos en carpeta una exposición de Néstor Favre-Mossier – ex combatiente de Malvinas – poseedor de una gran obra pictórica y reconocimiento internacional y una muestra sobre pintores argentinos de las primeras vanguardias del Siglo XX. Aquí buscamos tanto el tema del Riachuelo como también obras de pintura intimista que muestran al ser humano en su esencia. Expondremos pinturas de Castagnino y Menghi, otras de Arcidiacono – reconocido pintor de Avellaneda – o Miraglia, un puntano. Seleccionamos obras de Bernaldo De Quirós costumbrista, con sus caraterísticos temas gauchescos y de Soldi, de quien elegimos una naturaleza muerta en un ámbito rural, bastante alejada de la pintura que se conoce de él.
¿Hay alguna obra de tu preferencia?
Muchas. En óleo me gusta una Marina de Oscar Antonio Vaz titulada “En la desembocadura del Riachuelo”. Pero me gustan mucho las xilografías, los aguafuertes, los dibujos, porque me atraen los claroscuros. Y también las xilografías en color, que tienen que ser muy buenas como las de Víctor Rebuffo, es una técnica hermosa que se puede realizar con taco perdido o a la cantidad de tacos como colores tenga.
¿Cómo viviste la gestión del Museo en estos años?
Muy bien, con buenos recuerdos. Cuando el Museo cumplió 50 años vinieron Osvaldo Jalil – grabador- el pintor Manuel Oliveira y el Maestro Atonio Pujía a dar una serie de charlas. Pujía es un escultor tan querido, un ser humano tan solidario que atrae por su calidez, por su candidez. Ese día el público llenó la sala. Fue una enorme satisfacción. Pero lo que realmente me emocionó fueron los chicos de una escuela de educación especial que visitaron una muestra de pintura muy expresiva, figurativa y de paleta saturada, con colores muy vivos. Había varios cuadros con vacas y una nena me dijo estar feliz porque su mochilita era del mismo color de las vacas. En cambio otro chico comentó que en la vida real no hay vacas azules. Le expliqué que eso es el arte, para expresarnos de una manera diferente a la realidad, con lo que se quedo muy conforme. ¡Nos entendimos hablando de arte! Y eso, creo, fue lo que más me conmovió.
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Consultas: de lunes a viernes de 11 a 17: 4205 – 9567