El Obispo de la Diócesis de Avellaneda-Lanús, Monseñor Rubén Frassia dialogó con La Ciudad sobre la extraordinaria experiencia que vivió en Roma cuando fue nombrado el entonces Cardenal Jorge Bergoglio como nuevo Sumo Pontífice y sobre cómo fue su encuentro con el Papa Francisco.
«Tuve la dicha de estar en la Misa para la elección del Pontífice. Estaba en Roma, porque junto a otros dos obispos había ido a visitar el Colegio Argentino que está allí, donde tenemos a 18 sacerdotes de todo el país que están estudiando en las distintas universidades. Es la visita pastoral canónica de los obispos, que envía cada tres años el Episcopado y como justo este año coincidió con esa fecha, me quedé para el cónclave»
«El martes 12 de marzo fui a la Misa como fiel y saludé en la procesión a los dos cardenales argentinos, Leonardo Sandri y Jorge Bergoglio. Al día siguiente, a las siete del tarde, tenía una Misa que había pedido un grupo de religiosos. Estaba a 30 kilómetros de Roma y cuando estaba terminando la homilía me enteré de que había habido fumata blanca. Terminé la Misa y me fui lo más rápido que pude a la Plaza de San Pedro, porque no me quería perder ese momento».
«Entramos en un claro de la Plaza San Pedro, al lado de una pantalla gigante, y una señora, en italiano, me dijo: ya ha salido el nombre, es Jorge Mario Bergoglio, argentino. Me quedé helado, asombrado, creía que estaba soñando. A los cinco minutos salió la Cruz procesional y detrás el Papa Bergoglio. Lloviznaba, yo estaba muy emocionado, fue una inmensa alegría».
«Al día siguiente le escribí una carta al Papa, donde le expresaba que era una alegría y un honor para la Iglesia de la Argentina y para el país que Dios, mediante los cardenales, lo haya elegido como Sumo Pontífice. Le puse en la carta que él era Pedro y que a Pedro le renovaba mi obediencia y mi fidelidad de Obispo y que mi Diócesis iba a rezar por que sea un buen Papa. Y le agregué el teléfono en donde me hallaba en Roma. La carta le llegó en la mañana del viernes y a las tres de la tarde de ese día me llamó. Personalmente yo lo tuteaba, pero al Papa no podía »
«Me dijo que le hizo mucho bien la misiva y me invitó a verlo a Santa Marta ese mismo sábado. Me recibió en su cuarto que tenía como Cardenal, un lugar pequeño y sencillo. Le transmití mi alegría inmensa por su designación. Me puse de rodillas ante él, porque el Obispo de Roma es Pedro y nosotros estamos con Pedro y bajo Pedro, esa es la simbología teológica. Y a Pedro le pedí la bendición, para mí, para la Iglesia, para la Argentina y para mi Diócesis. Asemejarse a Pedro es mayor amor, pero también mayor cruz, mayor sacrificio. Dios lo va a acompañar, también nosotros y la gente que lo quiere y siempre va a rezar por él», relató el Obispo Monseñor Frassia, quien además destacó que la diócesis de Avellaneda Lanús participó en la pasada Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, Brasil, con más de doscientos jóvenes, nueve sacerdotes y dos diáconos que se van a ordenar el 23 de noviembre.
Mensaje pastoral: «María, ayúdanos a vivir en la Fe»
El Obispo de la Diócesis de Avellaneda-Lanús explicó que el lema de estas Fiestas Patronales, «María, Ayúdanos a vivir la Fe» se enmarca «dentro de lo que es el año de la Fe, al que nos convocó Benedicto, y que quedó reflejado en la última encíclica llamada La Luz de la Fe. Es un documento exquisito y muy interesante, donde toma todos los temas de la Fe, de la objetividad, de la verdad, de la razón, de la ciencia y hace un análisis estupendo. Hay que leerla, porque realmente vale la pena. Es iluminador. Dice cómo la Fe tiene que incidir en la vida, como la Fe es luz. Como persona, como familia y como sociedad no se puede vivir alejado de la Fe, como si fuera un elemento meramente decorativo, oscurantista o individual».
«La Fe incide en la cultura de un pueblo, por eso uno pide que Dios no sea alejado de la sociedad y de las leyes, por más que tengamos una sociedad pluralista y abierta al diálogo. Estamos convencidos que a la vida la hemos recibido como un regalo de Dios. A ninguno de nosotros se nos consultó si queríamos vivir. Todos fuimos llamados a la vida. Debemos ser agradecidos, a Dios y a los padres, porque la vida la hemos recibido y a veces la sociedad nos quiere hacer creer, equivocadamente, que la vida es nuestra, que no se la debemos a nadie y que no tenemos ningún vínculo superior, como si fuésemos los únicos gestores de nuestro presente y de nuestro destino».
«Mi mensaje, como Obispo de la Diócesis, es que María es la mujer fuerte que nos enseña a creer, a confiar y a interpretar. La Fe no es una cuestión estática, sino una actitud dinámica que nos moviliza y nos lleva a seguir buscando».
«Creo para entender y entiendo para creer. No es que como uno tiene Fe ya está todo determinado, sino que porque tengo Fe, soy más responsable en mi vida y en la solidaridad para con los demás. Porque tengo Fe, debo saber que todos somos hijos y que nos podemos llamar hermanos, pero lo más importante es que, porque tengo Fe, debo vivir en la verdad y tengo que ayudar en serio a las personas, a la cultura, a la sociedad y a nuestra querida Nación».
«La Fe crea responsabilidades. Como Hijo de esta Iglesia, como Hijo de la Virgen y como fieles creyentes sabemos que teniendo Fe se nos crea una responsabilidad. Yo siempre digo: Quien escucha bien, responde bien, pero quien está distraído en la atención y en la escucha, posiblemente se equivoque en la respuesta», concluyó el Obispo de la diócesis de Avellaneda y Lanús.
Las primeras Fiestas Patronales bajo el pontificado del Papa Francisco
Las de este año son las primeras Fiestas Patronales de Avellaneda bajo el pontificado del Papa Francisco, motivo por el cual, Monseñor Rubén Frassia las consideró «más que especiales».
«Es algo muy fuerte, una gracia muy especial que nos lleva a preguntarnos qué es lo que está pidiéndonos el señor, porque nos está dando muchísimo. Estamos en un año muy especial, el año de la Fe, del Papa argentino, de las Jornadas de la Juventud», definió el máximo pastor diocesano, quien además se refirió a la realidad social y política de nuestro país.
«Nosotros formamos parte de los dos Reinos, del espiritual y divino, y del humano, del bien común, de lo político, en su sentido alto y no partidista, y de lo social, que siempre gravita en el acontecer cotidiano. Hay que tomar conciencia de que todos los argentinos tenemos que pegar un salto cualitativo. Volver a instalar en el seno de la sociedad algunas cosas fundamentales y que, por el tiempo y por la vida, se fueron desdibujando, como por ejemplo, la objetividad, la verdad, el trabajo por el bien común, la cultura del trabajo, la disciplina, el respeto por las leyes, la autonomía de los tres poderes y la educación, que es fundamental. Tenemos que volver a educar, no agotar el discurso solo en la palabra. La educación también son obras, gestos, decisiones, discernimiento, seguridad. Hay que trabajar para combatir la droga, que es un tema muy delicado, y la violencia, no sólo en los partidos de futbol sino también en la sociedad», expresó Monseñor Frassia.
